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Alimentación respetuosa con el medio ambiente

Climatarians: La dieta para salvar el planeta

Cada vez son más las personas que eligen sumarse al movimiento por una alimentación consciente y comprometida con el medio ambiente

Los climatarians analizan la huella ecológica de cada alimento. Shutterstock

A pesar de que el término pueda sonar novedoso, ser 'climatarian' no es nada nuevo. Nuestros abuelos ya seguían esta alimentación sin ser conscientes de ello. Iban al mercado y hacían un recorrido por la pescadería, la carnicería y la frutería, pasando por la panadería, y compraban a granel alimentos de temporada producidos en la zona. Después llegó el 'boom' de los supermercados y el self-service, propiciando el envasado de los productos y su distribución en en cadena, todo ello acompañado de la importación de alimentos exóticos o procedentes de otros países y el cultivo en invernaderos para garantizar la producción durante todo el año sin tener en cuenta las condiciones climáticas.

Frente a la vorágine de la industria alimentaria, cada vez son más los consumidores que se plantan y deciden apostar por recuperar la filosofía tradicional y consumir alimentos de proximidad y producidos de forma responsable. Huyen del sobreenvasado y de los plásticos de usar y tirar, evitan el desperdicio de alimentos y tratan de reducir su consumo de carne, tal y como recomienda la OMS.

Los expertos recomiendan un etiquetado obligatorio en cada producto que informe a los consumidores acerca de la huella de carbono

La huella de un producto nos permite conocer su impacto medioambiental. Pongámonos entonces como objetivo intentar calcular la huella ecológica de cada producto de nuestra cesta de la compra. Para nuestra sorpresa, descubriremos que es muy difícil hacer una estimación, puesto que carecemos de información acerca del proceso de producción de los alimentos que vemos en las baldas del supermercado. Así lo confirman los autores del estudio 'Cálculo y etiquetado de huella de carbono en productos alimentarios', elaborado por el equipo de Cátedra de Ética Ambiental de la Universidad de Alcalá, que recomiendan añadir un etiquetado obligatorio que informe acerca de la huella de carbono de cada producto para que los consumidores puedan ser conscientes de ella.

Para producir un kilo de carne de búfalo se emiten la friolera de 60 kilos de gases de efecto invernadero, frente a los 0,17 kilos necesarios para producir un kilo de cebollas, los 0,29 de un kilo de manzanas o los 1,35 del kilo de berenjenas. Para producir un kilo de carne de ternera se liberan 26,61 kilos de gases de efecto invernadero, mientras que la producción de cerdo contamina casi cinco veces menos (5,77 kilos), y la de pollo, hasta ocho veces menos (3,65 kilos).

Huella ecológica de los alimentos

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En líneas generales, la ganadería es la responsable del 14,5% de los gases de efecto invernadero, más que todo el transporte mundial, y genera el 92% de las emisiones de amoníaco, elemento que provoca la acidificación del suelo. Además, para su producción anual precisa de una cantidad de agua equivalente al consumo de agua que realizaría el conjunto de familias españolas en un periodo de veinte años y contribuye a la deforestación del planeta para la fabricación de todo el pienso necesario para alimentar a sus animales, según los datos recabados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Por todo ello, desde Greenpeace solicitan una moratoria en la aprobación de nuevos proyectos de ganadería industrial y una reducción de la cabaña ganadera para reducir su impacto.

"Climatarian: quien elige qué comer de acuerdo con lo que es menos perjudicial para el medio ambiente" - Cambridge Dictionary

A pesar de la polémica que generó la recomendación de la OMS, que defiende la necesidad de limitar el consumo de carne, ciudadanos de todo el mundo ya se han sumado a esta filosofía. Un porcentaje fiel de la población mundial es vegana, vegetariana en sus múltiples modalidades o incluso flexitariana. Sin embargo, ser climatarian no significa consumir únicamente fruta, legumbres y verduras, puesto que esta filosofía define a "quien elige qué comer de acuerdo con lo que es menos perjudicial para el medio ambiente", según la definición de Cambridge Dictionary. Es decir, nada de comer aguacates traídos de Latinoamérica o cultivar naranjas en verano, fuera de temporada, pero sí se puede incluir pescado capturado mediante pesca sostenible o pollo o cerdo criado bajo el modelo de ganadería extensiva.

El plan OMD

La actriz y modelo Suzy Amis Cameron, esposa del director de cine James Cameron y ferviente defensora del medio ambiente, acaba de lanzar una guía dirigida a mejorar la salud y reducir la huella que cada uno dejamos en el planeta. "La comida interactúa en todo y cualquier cambio, por pequeño que sea, nos ayudará a frenar la huella que estamos dejando", defiende.

Cameron no oculta su preocupación: "Todos vemos las pruebas del cambio climático a nuestro alrededor: incendios forestales, huracanes catastróficos, inundaciones... Tenemos la sensación de que hemos llegado a un momento crítico, que tenemos que hacer cambios ahora si queremos dejarles un mundo habitable a nuestros hijos", dice esta madre de familia numerosa.

La clave está en sustituir cada día una comida basada en carne y productos lácteos por otra basada en vegetales, explica la fundadora de Muse School, en California, la primera escuela de Estados Unidos en ofrecer un programa de almuerzos basados en alimentos de origen vegetal. "Con una hamburguesa vegetal, en lugar de una hamburguesa de carne, una vez al día, durante un año, salvarás el planeta", asegura en las páginas de 'El plan OMD' -acrónimo de One Meal a Day-, nombre de esta dieta que da título al libro, avalada por personalidades como el chef Jamie Oliver o la científica Jane Goodall.

Dieta climatarian

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Siguiendo esta premisa, al cabo de un año, una familia de cuatro miembros que haya decidido suprimir una ración de carne diaria podría ahorrar 3.038.625 litros de agua -la cantidad aproximada necesaria para llenar una piscina olímpica; la emisión de gases de efecto invernadero equivalentes a conducir 20.304 kilómetros en coche y la preservación de 42.493 metros cuadrados de terreno -el equivalente a unos ocho campos de fútbol americano-, advierte. Y es que, según un estudio de la Universidad de Oxford, la mayoría de los consumidores de carne de Reino Unido generaban 8 kilos de dióxido de carbono debido a su dieta, mientras que los vegetarianos y las personas que comen pescado generaban la mitad y quienes sólo comen alimentos de origen vegetal poco más de 3 kilos, un 60% menos.

"Con una hamburguesa vegetal, en lugar de una hamburguesa de carne, una vez al día, durante un año, salvarás el planeta" - Suzy Amis Cameron

El sistema de medición del veganómetro, creado por el doctor Maximino Alfredo Mejia en el grupo de nutrición medioambiental del Departamento de Salud Pública, Nutrición y Bienestar de la Universidad Andrews, se convierte en una herramienta bastante fiable para cuantificar la cantidad de litros de agua que ahorras, el aire que estás protegiendo e incluso la superficie de hábitats que estás salvando de la tala y la deforestación si prescindes de los productos de origen animal. Porque sólo si reducimos la demanda podemos reducir la producción.

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