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Crisis del coronavirus

Asturias triplicaría los test de COVID-19 sumando laboratorios de sanidad animal

Las instalaciones de Jove y del LILA, el centro interprofesional lechero, cuentan con maquinaria similar a la del HUCA para realizar las pruebas

Un técnico maneja muestras en el laboratorio de oncología molecular del HUCA. LUISMA MURIAS

Asturias triplicaría la capacidad para realizar las pruebas de diagnóstico de coronavirus, entre ellas el laboratorio de Salud Animal del Principado, en Jove (Gijón), y el Laboratorio Interprofesional Lechero (LILA), ubicado en Llanera, donde se analizan alimentos y se determina la calidad de la leche ordeñada en Asturias.

Ambas instalaciones disponen de equipos tecnológicos adecuados para realizar los test PCR, la prueba rápida de diagnóstico in vitro para determinar si una persona es portadora del COVID-19, similar a la efectuada para detectar enfermedades como la de las "vacas locas". Cuestión aparte sería determinar las condiciones de bioseguridad que deberían cumplir las instalaciones para poder realizar las pruebas en sus instalaciones.

Las PCR (siglas en inglés de reacción en cadena de la polimerasa) se utilizan desde hace años en diferentes crisis de salud pública relacionadas con enfermedades infecciosas. El HUCA, que ronda los 600 o 700, tal como confirmó Mauricio Telenti, médico del laboratorio de microbiología que dirige Fernando Vázquez.

El incremento de las pruebas se funda en la necesidad de controlar a la población de avanzada edad que vive en residencias de la tercera edad, unas 15.000 personas en la región, y que constituyen uno de los principales grupos de riesgo, así como al personal sanitario en contacto directo con personas infectadas. A las PCR se unen los test rápidos, incorporados recientemente y, como su nombre indica, más rápidos y sencillos de precisar.

Ambos sirven para comprobar si una persona está infectada o no por el COVID-19. La mayoría de los test que se hacen en el HUCA se preparan en el propio laboratorio, capaz de procesar 96 muestras cada tres horas, la misma capacidad que la maquinaria de la que disponen Jove, con dos equipos, y el LILA, con uno. "Lo realmente eficaz sería hacer pruebas más rápidas", señala Telenti, que también destaca el esfuerzo titánico que realiza el personal del laboratorio, muchas veces tecleando a mano datos de pacientes que no están registrados previamente en el sistema. Para Armando Solís, presidente del Colegio de Veterinarios de Asturias, resulta clave la colaboración de todos los estamentos sanitarios. Ayer mismo el Sespa pidió al colegio hisopos, bastoncillos que se utilizan para tomar muestras, así como respiradores que se encuentren disponibles en las clínicas. "El problema de los test no es hacerlos, sino tener el material para realizarlos", indica Solís.

La comunidad científica coincide en que todo esfuerzo será poco para combatir la pandemia, y para garantizar una paulatina vuelta a la normalidad sin riesgos. Así lo consideran especialistas como el profesor José Manuel Sánchez-Vizcaíno, catedrático de Sanidad Animal en la Universidad Complutense, quien también destaca la necesidad de realizar pruebas para detectar anticuerpos y comprobar la respuesta inmunitaria de la población. La prueba PCR detecta un fragmento del material genético de un patógeno o microorganismo; es de uso común en los laboratorios de microbiología de hospitales, centros de investigación y universidades, y se basa en las características de estabilidad al calor de la enzima polimerasa.

Los especialistas advierten que detectar el virus en el organismo (en muchas ocasiones, presente de forma asintomática) es el único modo de frenar la pandemia. Susana Fernández, decana de la Facultad de Química de la Universidad de Oviedo, también considera imprescindible generalizar los test en la población. "La PCR es la prueba que determina si tienes carga vírica, y es una pena que teniendo maquinaria no se utilice", precisa.

El ejemplo gallego

El ejemplo gallegoEn Galicia, esta misma semana han comenzado a hacerse pruebas en el Laboratorio de Sanidad y Producción Animal de Lugo, donde se realizaron ensayos clínicos que llevaron a la erradicación de la brucelosis, diagnósticos para detectar la enfermedad de la lengua azul y una labor clave para mantener a raya la encefalopatía espongiforme bovina o mal de las "vacas locas", que provocó una alarmante crisis sanitaria y alimentaria hace veinte años. En Lugo, igual que se hizo en el laboratorio de Jove, se buscaban patógenos en las vacas sacrificadas en mataderos; ahora tratan de localizarlos en humanos. En Madrid, también se realizan pruebas en el Centro de Investigación en Sanidad Animal de Valdeolmos. La Comunidad de Madrid anunció ayer que comenzarán a efectuarse pruebas masivas, recomendación realizada por la OMS a mediados de marzo que han seguido China y Corea del Sur.

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