No se le quita de la cabeza: "La imagen de un chaval con una parálisis cerebral mientras lo trasladábamos en la ambulancia. O el sufrimiento de una madre con su hija meses en la UCI por patología no-covid a la que no ha podido visitar ni acompañar durante mucho tiempo".
Pablo Belderrain (Gijón, 1969) es médico de familia y coordinador del Centro de Salud gijonés de El Coto. En el confinamiento "me impresionó la disciplina de la mayoría, el respeto a los que trabajaban en salud o en otros sectores para que todos pudiéramos estar lo más seguros posible, y también la entrega de los servidores públicos, la dedicación y esfuerzo ante algo tan incierto de mis compañeros, muchos mayores de 60 años o con patologías crónicas que siguieron al pie del cañón".
En la segunda fase "lo más llamativo es la gana de vivir, de volver a nuestra vida anterior, a estar juntos y querer olvidar lo malo. Ahora llegará la tercera, la de convivir con la enfermedad y sus riesgos a diario". Llega a casa con sus hijas "con las que tienes que intentar hacer vida normal, pero no puedes porque nada es normal. Aún ahora sigues sin desconectar, pensando en la gente que tendrías que ver y escuchar con calma, a la antigua, pero que la semialerta no nos deja". Los aplausos de las ocho fueron "algo muy bonito, la mayoría de la gente reconocía el esfuerzo de todo corazón y era una manera de expresarlo y juntarnos todos, acompañarnos unos a otros. Después? queremos ser felices y volver a nuestra vida, aunque eso pueda suponer riesgos. En Asturias hay bastante conciencia".
Hay un compromiso: "Nos debemos a nuestra gente, a los ancianos del barrio, a los chavales, a los más frágiles. Eso nos hace estar con ellos en su casa, al teléfono o en la consulta. Y hacerlo en equipo, con los compañeros, la enfermería, administrativos, celadores, limpiadoras, fisios, matronas? todos juntos".
Le intenta dar más valor "a lo duradero que al instante, pero también disfrutar con intensidad cada momento; y en el trabajo veo claro que hay momentos en que hay que dejarse dirigir y hacer lo que te indican los expertos, sin discutirles su decisión, fiándote de ellos". Teme más los próximos 4 ó 5 meses "que lo que hemos pasado. Espero que mucha gente mayor pueda decir eso tan común de 'otro invierno que he pasado', pero no tenemos certezas de lo que puede venir. Conocemos más sobre cómo prevenir el contagio y sobre los fármacos más útiles, pero sólo hemos pasado la infección un porcentaje muy pequeño de la población; tenemos contratados todos los médicos y enfermeros de Asturias, pero estamos cansados y preocupados; espero que lo que sabemos y tenemos preparado sea suficiente".
Las discusiones sobre políticas diferentes "son buenas y enriquecedoras. El problema es la batalla partidista, en especial hacer pensar que en España sólo se puede hablar de Madrid. Aquí hay que avanzar en políticas, no en politiqueos, sobre todo para reforzar las residencias de ancianos, las ayudas a domicilio y la Atención Primaria. Eso sí serán buenas batallas en las que ganaremos todos".
