Doce meses atrás, la Reina Letizia epató al personal cuando entró en el auditorio de Oviedo enfundada en un impactante dos piezas de plumas y seda de la firma madrileña The 2dnd Skin. Ayer, en un contexto muy distinto, la esposa de Felipe VI llegaba a La Vega con marido e hijas, para visitar las instalaciones de la fábrica de La Vega enfundada en un abrigo de lana cocida en color buganvilla, firmado por Marcos Luengo, el diseñador de Grado que triunfa dentro y fuera de España y que hace cuatro años estaba feliz al ver que Letizia le había elegido por primera vez. Ayer también revivió esa alegría.
El modelo, calentito y muy otoñal, está en el vestidor real desde 2016, cuando la Reina lo estrenó para entregar el galardón al "Pueblo ejemplar" en los Oscos. Aquel look casual pero arreglado, ideal para una mañana campestre, se transformó en imagen perfecta de sobriedad para los tiempos que corren. La soberana ha enfilado el camino de la nueva sencillez y parece que no piensa abandonarlo. Además, repetir modelo se ha convertido en lo más "cool" y royals como Máxima de Holanda o Carolina de Mónaco lo hacen todo el tiempo sin ningún tipo de complejo. Y es que, ya puestos a hacer bises, la mujer del Rey también volvió a lucir el cuerpo de cuero y tachuelas plateadas de Uterque, entallado con manga larga, péplum y cuello a la caja, con pantalones negros básicos y las bailarinas de la serie Royal con lazo de Hugo Boss.
La cartera de mano negra también lleva apellido asturiano. Es de la firma Reliquiae, fundada por el gijonés Héctor Jareño y se trata del modelo Archy en napa negra (también la tiene en rojo), que Letizia estrenó en marzo de 2015 en la celebración del Día Mundial de las Enfermedades Raras. Desde entonces lo ha llevado en ocasiones como la Pascua Militar y en una misa de Pascua en Mallorca. El rojo se ha visto en público cuando viajó a Ginebra para reunirse con el director de la OMS.
Aunque quien triunfó ayer con la elección de la tonalidad monárquica donde las haya fue la Princesa Leonor, con un vestido verde -la palabra es un acrónimo de la expresión "Viva el rey de España"-, el color que comenzaron a llevar los monárquicos en el siglo XIX y que también adoptaron los partidarios de Alfonso XIII en 1931 y posteriormente de Juan de Borbón durante la dictadura de Franco.
La Princesa demuestra que está al tanto de las novedades de las pasarelas. El verde oliva es uno de los tonos más codiciados de la paleta de este otoño. La Princesa de Asturias se protegió del frío de la tarde con un chaquetón en lana cruda de Carolina Herrera, con botonadura cruzada y cierto aire marinero.
En esta ocasión la heredera, que esta tarde entregará en el hotel de la Reconquista los premios de la Fundación a la que da nombre su título, no llevó tacones, tal vez para evitar los muchos comentarios que surgieron el pasado lunes, cuando se puso un discreto suplemento cuadrado de tres centímetros para acudir a los actos de la Fiesta Nacional, y optó por las manoletinas o francesitas clásicas de Pretty Ballerinas que suele llevar a menudo. La Infanta Sofía, que durante la visita ocupó el lugar central, entre su madre y su hermana, se decantó por un abrigo con corte capa azul marino y botonadura dorada, que le daba un aire serio y elegante, además de estilizar más aún su figura. La hija pequeña de los Reyes se calzó un zapato plano inspirado en el célebre modelo "rockstud" de Valentino, que existe en versión salón, sandalia de tacón fino y bailarina plana.
La ausencia de joyas marcó la indumentaria de las mujeres de la Familia Real, poco dadas a ostentaciones. La Reina se puso unos pendientes con forma de mariposa realizados en oro blanco y diamantes de Elena C, y el anillo de Karen Hallam, una vez más. Leonor, unos zarcillos de oro. Las tres coincidieron en el estilo de peinado, melena suelta en el caso de la Reina, y recogida en los laterales, para la Princesa y la Infanta, que como muchas jóvenes de su edad lucen un largo a media espalda y son reacias a recogerse el pelo de manera contundente.
Letizia, Leonor y Sofía tampoco han sucumbido a la frivolidad de las máscaras faciales de diseño y se ponen la mascarilla quirúrgica más normal. Llama la atención que las hijas de los Reyes, con un aspecto absolutamente adolescente, no suelan portar bolso, complemento del que su madre nunca prescinde. Tal vez ese sea el próximo paso en la evolución estética de ambas hermanas, que como la mayor parte de las niñas que van al colegio con uniforme, disfrutan especialmente de los días en los que pueden vestirse de forma diferente. Lo cierto es que el "Jueves de Premios" fue ayer distinto a todos los vividos anteriormente y pase lo que pase en próximas ediciones, marcará un antes y un después en la historia de los galardones, y en la de la ropa, un lenguaje con el que la persona se proyecta al mundo.
