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Jugador del Sporting

Pablo Pérez: "La gente de Mareo responde cuando se cuenta con ella"

"Que nadie de la afición se rinda, mientras haya opciones vamos a seguir peleando por subir"

Pablo Pérez, ayer, en el campo 1 de Mareo. J. J.

En el último ascenso del Sporting marcó siete goles y disputó 38 partidos. Después tuvo que probar fortuna en Alcorcón para crecer. Volvió a Gijón, y tras un mal año el curso pasado, ahora vuelve a tener protagonismo. Pablo Pérez (Gijón, 1993) es el defensor del escudo de la ciudad junto a Dani Martín. No hay más gijoneses en la plantilla. Por eso, en un momento delicado, el mediapunta rojiblanco sale a defender al equipo y enviar un mensaje de optimismo. Pablo Pérez ha ganado madurez, al mismo tiempo que cursa tercero de Ingeniería Mecánica. Y aprovecha para reivindicar el papel de los canteranos en el Sporting.

- Si le dicen el verano pasado que iba a superar los 100 partidos con la camiseta del Sporting, ¿lo hubiera creído?

-Tal como empezó la temporada y cómo transcurrió septiembre y parte de octubre hubiera dicho que me parecía imposible.

- ¿Qué supone para alguien de Gijón alcanzar esa cifra?

-Me siento orgulloso cada vez que llevo la camiseta del Sporting, porque es un sentimiento. Y más para alguien como yo, que es de Gijón, y del Sporting desde pequeño. Pero a la vez tengo una gran responsabilidad por todo lo que representa el Sporting. Cuanto entro por la puerta de Mareo me doy cuenta de que no estoy en cualquier sitio.

- ¿Por qué tarda tanto en dar el paso de la Inmaculada al Sporting?

-Vine el segundo año de juveniles. Me costó dar el paso. Hay gente que viene en alevines y no llega al primer equipo. Nunca se sabe que hubiera pasado si hubiese venido antes. Tomé la decisión de seguir jugando con mis amigos más tiempo en la Inmaculada, disfrutando del fútbol y no me arrepiento. Allí viví cosas bonitas.

- ¿Qué aprende esos años?

-El Sporting en categorías inferiores gana prácticamente todos los partidos, y bastante fácil. Mientras que nosotros siempre estábamos en primeras categorías intentando no bajar, peleando y luchando más. Me sirvió para lidiar con eso, aprender a sufrir y crecer como futbolistas.

- ¿El Sporting va unido al sufrimiento?

-Desde que estoy en el primer equipo me ha tocado sufrir. Me tocó con el ascenso, la permanencia o cuando no conseguimos el objetivo. Está claro que en el Sporting somos unos sufridores, pero no queda otra que tirar hacia adelante, pelear y luchar siempre por lo que queremos.

- Era uno de los candidatos a dejar el equipo a final de verano. ¿Se vio fuera?

-Hice una buena pretemporada, me sentí bien e importante. Comencé la Liga de titular en Alcorcón, pero la semana siguiente llegaron fichajes y en el segundo partido Baraja me dejó sin convocar. Ahí vi que iba a estar complicado jugar, y por donde iba la idea del entrenador. Valoré que igual era bueno manejar una salida para tener minutos. Me encontraba bien, tuve un buen verano y tenía claro que necesitaba jugar.

- ¿Hubo alguna opción real de salir?

-Era difícil, en los últimos días de mercado era todo muy acelerado. No sé muy bien los entresijos ni si hubo alguna opción real. Me quedo con que seguí en el Sporting, estoy contento, he tenido mi oportunidad y he sabido aprovechar.

- ¿Sufre mucho en los dos primeros meses de este curso en los que no va ni convocado?

-Se cerró el mercado y veía que no se iba a contar mucho contigo. Pero me sentía bien entrenando. Tenía la opción de bajar los brazos y echar la culpa a los demás, pero elegí la otra posibilidad: seguir creyendo en mí mismo y trabajar con la misma ilusión hasta que me llegase la oportunidad. Me llevé el varapalo de jugar solo al final en Copa ante el Numancia. Fue una situación complicada, pero no me rendí.

- La Copa del Rey le dio una nueva oportunidad.

-Me salió un buen partido ante el Rayo Majadahonda, en la posición en la que mejor me encuentro, de mediapunta. Volví a tener minutos y lo aproveché. Nadie me ha regalado nada.

- Esta temporada ya lleva más minutos que en toda la anterior, pese a jugar menos partidos.

-Con Paco Herrera y Baraja jugaba diez minutos solo al final y por la derecha. Y al mes siguiente incluso por la izquierda. Es difícil así coger ritmo de competición y asentarme. Cuando me dieron la oportunidad de jugar en mi sitio y tener continuidad es todo más fácil. Así pude ganar la confianza de tener minutos para pelear por el puesto.

- ¿La lesión en Valencia en Copa del Rey este año le llega en su mejor momento del curso?

-No me ha acompañado la suerte. La lesión llegó en mi mejor momento físico, en un partido que íbamos empatados y con opciones de pasar. Con la lesión no pude seguir y fue una lástima. Fue otro golpe para mí, pero tampoco bajé los brazos. Me levantaré siempre y seguiré peleando.

- Aparte del año del ascenso, ¿es su mejor temporada?

-Sí, se puede decir que estoy en mi otro mejor momento en el Sporting. En el Alcorcón recuperé sensaciones y volví a sentirme importante. El año pasado no lo pude demostrar aquí, porque no tuve continuidad. Pero este año sí la tengo. Quiero seguir ayudando al equipo en todo lo que se pueda.

- ¿Qué le ha dado José Alberto al equipo?

-Es muy cercano. Se ha ganado estar aquí porque lo ha peleado. Nos transmite mucho y nos sentimos identificados con él.

- ¿Qué les exige?

-Nos dice siempre que podemos estar mejor o peor con el balón, pero que lo dejemos todo en el campo, y que transmitamos siempre actitud y ganas.

- Reconoció esta temporada que lo pasó muy mal con los pitos de El Molinón en fases de la primera vuelta.

-A ningún jugador le gusta que tu afición te pite y más siendo de Gijón y sintiendo el Sporting de la forma que lo hago yo. La afición es libre de opinar, y nosotros tenemos que intentar cambiar esos pitos por aplausos.

- ¿Cree que se exige más a los de casa que a los de fuera?

-Cuando subes al primer equipo, es como un fichaje, tienes un periodo de prueba en la que la afición es benévola, y no te silban ni tienes tanta exigencia. Pero después de ese primer año ya hay otra exigencia, igual que pasa con los fichajes. Sí que comprendo que me puedan pitar cuando juegue un partido y lo haga mal, o si me cambian después de un partido malo o cuando el equipo no está dando el 100%. Pero si salgo en el minuto 80, y van a por mí ya nada más salir, al final eso perjudica porque ya se juega más agarrotado, sin confianza.

- ¿El futuro del Sporting tiene que pasar por dar oportunidades a la gente de Mareo?

-En época de crisis se suele tirar de la cantera. Igual que pasó, por ejemplo, en el último ascenso. Y en ese caso la cantera está ahí y responde. Ahora somos varios jugadores de la cantera los que tenemos oportunidades y tenemos que dar un paso adelante y aprovecharlo. La gente de Mareo responde cuando se cuenta con ella.

- Junto a Carmona, son los dos únicos supervivientes de la plantilla del último ascenso, ¿qué echa de menos ahora de aquel equipo?

-Fue una temporada muy especial para todos. No es bueno comparar, porque en todas las comparaciones con ese año se sale perdimos, porque fue todo muy idílico. Necesitamos un grupo como ese año lo más unido posible.

- ¿Pesa la presión de marcarse el ascenso como objetivo?

-El Sporting tiene que aspirar siempre a lo máximo. En el último ascenso fuimos paso a paso. Nos centramos en cada partido. Y ahora tenemos que hacer lo máximo, salir el domingo a morir ante el Rayo Majadahonda.

- ¿Se pueden recortar los nueve puntos con el play-off?

-Hasta que las matemáticas lo digan claro que hay margen. El camino es ir y darlo todo en cada partido.

- ¿Por qué ha pegado un bajón en 2019 el equipo?

-Siempre que pierdes te afecta, y más cuando es en casa. Pero la Segunda División es muy larga. Poca gente confía en nosotros, pero tenemos que sacar esto adelante por la afición, el escudo y nosotros.

- ¿Qué mensaje le manda a la afición para seguir creyendo en el ascenso?

-En este momento es complicado mandar un mensaje a la afición. Quizá el equipo no está a su altura ahora. Pero les pido que confíen, porque les necesitamos, son muy importantes para nosotros. Desde el vestuario lo vamos a dar todo por estar arriba. Que nadie se rinda, porque mientras haya opciones vamos a seguir peleando.

- Le queda esta temporada y otra más de contrato.

-Ojalá pueda seguir mucho tiempo en el Sporting. No depende solo de mí y del rendimiento que tenga este año y el que viene. Estoy encantando de estar jugando en la que considero mi casa.

- ¿En qué ha cambiado en estos cinco años desde su debut?

-Era un poco más niño, y me he hecho un paisano en el Sporting. Gané kilos y fortaleza a nivel psciológico. Jugar en el Sporting exige mucho, te conocen por la calle, si haces un mal partido te critican y si lo haces bueno te dicen que eres el Messsi de Gijón, y en estos años he aprendido a saber manejar eso. He madurado.

- ¿Qué entrenador le marcó?

-El Pitu (Abelardo). Me hizo debutar, confió mucho en mí en el filial, me subió al primer equipo y me dio minutos. Me alegro de ver que le va bien muy bien junto a Jony en el Alavés.

- ¿En qué jugador se fijaba?

En Villa. Y también Kaká, que me gustaba por su visión de juego y su elegancia.

- ¿Y ahora?

-En Messi. Veo partidos del Barcelona por él. Es una maravilla. Es otro nivel.

- Se cumple la semana que viene un año de la muerte de Quini, ¿en qué aspecto le marcó?

-Antes de salir al campo te daba un consejo. Te cambiaban y era el primero en abrazarte. Era un apoyo vital. Recuerdo la forma que tenía de ver el fútbol, lo simplificaba todo, y nos decía que no nos preocupásemos y que saliésemos a disfrutar.

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