Lecciones de un líder

Agustín Costa encarnaba el talento volcado en el servicio y la entrega

Tuvimos nuestro primer encuentro hace siete u ocho años. Entonces, Agustín Costa buscaba inversores para una de las tres primeras spin-offs que ya había lanzado al mercado. Aunque, por razones que no vienen al caso, decidimos no invertir, me sorprendió enormemente su calidad científica y humana. Percibí algo que no es tan frecuente: la pasión de un científico, de un profesor investigador, adentrándose en el mundo de la empresa, buscando generar conocimiento, pero también crear riqueza y puestos de trabajo.

Al cabo de pocos años, Agustín volvió a llamar a nuestra puerta con una nueva idea. Junto a dos colegas profesores universitarios y dos científicos jóvenes y entusiastas, formados en su grupo de investigación, estaba impulsando una nueva empresa. Se trataba de Nanovex Biotechnologies, start-up de nanobiotecnología, en la que sí decidimos participar. Esta circunstancia me permitió conocer a Agustín con mayor profundidad y descubrir a una persona extraordinaria.

Quisiera, en este breve escrito de homenaje, enumerar una serie de lecciones que este universitario me transmitió con su ejemplo:

1.- Vive la vida con pasión. Para Agustín todo era importante, a todo se dedicaba en cuerpo y alma. Si te hablaba de su familia, todo era amor y ternura. Si se refería a su actividad docente, no quería perder ninguna clase, todas las clases eran una oportunidad de mejora. Si se trataba de la investigación, quería estar al máximo nivel, publicar sus hallazgos en las revistas científicas de mayor impacto e impulsar la carrera de sus colaboradores. Si aludía a sus empresas, perseguía la proyección a largo plazo, el máximo desarrollo para sus equipos emprendedores, la mejor propuesta de valor para sus clientes.

2.- Vive la vida con humildad. A pesar de sus muchos méritos, nunca le vi darse importancia. Siempre reconocía a sus colaboradores y enfatizaba el trabajo en equipo.

3.- Vive la vida con esperanza. Agustín era una persona optimista que luchaba denodadamente por conseguir sus objetivos, pero siempre con una sonrisa y el convencimiento de que el éxito, al final, de una forma u otra, llegaría.

4.- Nunca te rindas, sé perseverante. El ejemplo más claro es cómo encaró su enfermedad, cómo luchó desde el primer día hasta el último, siguiendo con su actividad docente, su investigación y sus empresas hasta el límite de sus fuerzas. Pocos días antes de que su salud se agravase definitivamente, aún tuvo el coraje de viajar a Brasil para impartir una serie de conferencias. A su regreso, le encontré paseando por la calle y me comentó que veía una oportunidad para impulsar una nueva start-up, que teníamos que sentarnos para planificarlo.

5.- Todo lo que hagas, hazlo con amor. Siempre vi a Agustín preocupado por los demás, por sus colaboradores, por su Universidad, tratando de ayudar. En definitiva, tratando de servir.

Al analizar todos estos rasgos, evidentes en su vida, se aprecia un ejemplo de liderazgo auténtico, de lo que se conoce como "servant leadership": liderazgo basado en el servicio, en la entrega, en la colaboración. El profesor Costa líder tenía la visión, apuntaba a la dirección donde dirigirse, reclutaba y motivaba a sus colaboradores, trabajaba en equipo, no ahorraba esfuerzos y buscaba, en definitiva, el bien común. Un claro ejemplo del liderazgo que tanto necesita la sociedad en la que vivimos.

Agustín Costa era una persona profundamente cristiana. Todo lo dicho anteriormente cobra pleno significado y coherencia en el contexto de una persona con una gran inquietud y sensibilidad espiritual.

No quisiera acabar sin hacer referencia a otra dolorosa pérdida, acontecida recientemente, que también me impactó de forma muy profunda. Hace pocos días fallecía Jaime González-Baizán, director general de Industrial Química del Nalón. Lo menciono porque Jaime, licenciado en Químicas por la Universidad de Oviedo, fue alumno y muy buen amigo de Agustín. Jaime era, como Agustín, una excepcional persona y un gran profesional. El destino ha querido que ambos nos dejen con muy pocos días de intervalo. Ambos representan ese tipo de hombres que, parafraseando a Bertolt Brecht, "luchan toda la vida y son los imprescindibles". Descansen en paz.

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