Paolo Vasile (el mandamás de Mediaset) sabe cómo piensas. Sabe lo que vas a hacer. Dices que te gustan los documentales de La 2 , que ves "Tu cara me suena", pero él sabe que en realidad vas a esperar toda la tarde para descubrir qué compañero ha traicionado a Raquel Bollo y que, aunque lo pienses, no vas a cambiar de canal para no perderte lo que ha dicho Terelu sobre Bigote Arrocet cuando pensaba que no le estaban grabando. Ya te lo he dicho, él te conoce. Sabe que te gusta el salseo.
El programa "La isla de las tentaciones" es el nuevo éxito de Mediaset. Un éxito conseguido a base de cebos, cuernos y Mónica Naranjo, pero un éxito al fin y al cabo. La emisión del reality de este jueves, que superó los tres millones de espectadores, ofreció lo que se esperaba, aunque fuera casi a la una de la madrugada. Todo el mundo quería ver el famoso vídeo de Christofer descubriendo cómo su novia Fani le ponía los cuernos y el programa no defraudó (y la reacción del afectado tampoco). A la carrera, arrancándose el micro y gritando "¡Estefanía! ¡Estefanía!" sin rumbo por la playa. Una escena que parecía sacada de "El proyecto de la bruja de Blair", pero que, para muchos, ya se ha convertido en historia de la televisión.
La cosa no acabó ahí. Había mucho más. Andrea, "la princesita", como ella misma se define, también le fue infiel a su novio y este tuvo que hacer frente a las imágenes. ¿Podían pasar más cosas en un solo programa? Pues sí. Han empezado también las peleas en el grupo de las chicas y hemos descubierto que el tiempo es eso que pasa mientras que Fiama, que también empieza a ronear con Joy, se lima las uñas.
Mención aparte merece Mónica Naranjo. Una Mónica Naranjo hierática, en ocasiones casi más bien una estatua, que no pretende ser el centro de atención, que acompaña pero deja hacer. Sus frases, casi las únicas -"hay más imágenes" y "no hay más imágenes"-, le han hecho protagonista de la mayoría de los memes estos días en nuestro país. Ha pasado la prueba con nota. A ver ahora cómo lidia con las nuevas "hogueras de confrontación".
Lo que no se puede negar es que un programa grabado hace meses ha superado todas las expectativas se ha convertido en todo un fenómeno. Un revulsivo para las audiencias y una cantera fenomenal para futuros realities en la cadena. Vamos, un negocio redondo. Solo puedo repetir aquello que decía "The New York Times" de Lola Flores: "No canta ni baila, pero no se la pierdan".
