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Rhodes odia el esnobismo en la música clásica

El pianista participa en un acto del ciclo "Palabra" del Niemeyer: "Rosalía y Bach tienen una progresión armónica parecida"

James Rhodes, ayer, con un piano, en el Centro Niemeyer. R. SOLÍS

James Rhodes es músico y quiere romper con esa asociación de ideas que identifica la música clásica con el esnobismo. Es más, su sueño sería que las melodías de Bach, Beethoven, Mozart y de otros compositores fueran más divulgadas por los medios generalistas porque, a su juicio, la educación musical no es suficiente "porque los niños no conocen a Bach". Confesó además que su pasión es acercar la música clásica a tanta gente diferente como sea posible: "Creo que la música clásica sigue viéndose como algo antiguo y es muy injusto, es una verdadera pena".

Animó a descubrir este mundo musical, dejó claro que "no es tan complejo" como parece y avanzó que "en seis semanas se podría aprender a tocar un preludio de Bach", un compositor con el que se iría de fiesta y al que consideró una "estrella del rock" del momento que "tuvo 21 hijos". Estas afirmaciones las soltó en la presentación de "Playlist. Rebeldes y revolucionarios de la música", en el ciclo "Palabra" del Centro Niemeyer.

Para Rhodes existe una conexión entre su compositor favorito, Johann Sebastian Bach, y Rosalía. Es más, declaró que la popular artista flamenca no existiría sin tener en cuenta al compositor. "Tienen una progresión armónica parecida", señaló el también pianista, que participó en un concierto con 270 músicos asturianos en el escenario del auditorio del centro cultural avilesino. Todo por amor a la música. "Porque la música es amor, no tiene fecha de caducidad y, como dijo creo que fue Nietzsche, es la arquitectura congelada", apuntó poco antes de reconocer que "la música es emocionante" y cuando toca o la escucha es como si se sintiera "colocado". Aprovechó la ocasión para recomendar a todo el mundo que haga lo que le hace feliz. "A las personas que desaconsejan las vocaciones artísticas yo les diría que les den. Hay que hacer aquello que a uno le apasiona y que ama", recalcó el artista, que no dejó de ensalzar la belleza de Avilés, de sus calles y arquitecturas.

Sobre la ausencia de compositoras en su libro, señaló que por las épocas a las que se refiere su "Playlist. Rebeldes y revolucionarios de la música" "era muy difícil" encontrarlas. Eso sí, reconoció que la mujer de Schumann, Clara, fue una "pianista mejor que su marido". Además, anotó la posibilidad de escribir otro libro incluyendo esta vez a compositoras "porque las hay buenísimas". "Recientemente, la orquesta de Viena permitió la presencia de mujeres, algo que debería haberse hecho hace tiempo porque las cosas han cambiado", apuntó Rhodes.

Cansado de "tanto esnobismo" asociado a la música clásica, James Rhodes defendió la calidad de compositores como Bach, Chopin y Beethoven como creadores de "música inmortal" capaz de vivir cientos y cientos de años y "no tienen fecha de caducidad". "Simplemente quiero que la gente escuche música clásica porque es algo impresionante", señaló tras recordar que desde que vive en España, más concretamente en Madrid, está "encantado", pero, eso sí, no dudó en preguntar "dónde se vive mejor en Asturias, en Oviedo, Gijón o Avilés".

Y en un ambiente coloquial y divertido, James Rhodes arrancó las risas del público y animó a que las personas saquen de sí mismas el artista que llevan dentro y escriban, toquen o escuchen música: "Si cada día escribes mil palabras, que es algo razonable, en tres meses tienes un libro", y él tiene varios, el último "Playlist. Rebeldes y revolucionarios de la música".

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