Cangas del Narcea,

Alejandro ÁLVAREZ

La librería Treito, de Cangas del Narcea, acogió anteayer la presentación del último libro de Pepe Colubi, «Diario disperso».

Este libro recopila, entre otras muchas cosas, los artículos que se publicaron en el suplemento de LA NUEVA ESPAÑA «El Paraíso», bajo el mismo título del volumen, en los veranos de 2004 y 2005.

Durante el acto, Colubi se mostró tremendamente ilusionado con la posibilidad de traer el libro a Cangas del Narcea y aseguró sentirse un poco «marciano» ante sus paisanos. «Con este acto cierro el círculo de mi canguesismo. No hay que olvidar que yo no nací aquí de casualidad», señaló el autor.

Superado el primer trago, y en un tono más distendido, Colubi recordó sus tiempos mozos en Cangas del Narcea y confesó mantener un relación «casi gay» con la Descarga.

«Mientras otros tiraban voladores, yo me dedicaba a recoger las varas. Además de un perturbado, siempre he sido un poco muñón. La única vez que tiré un volador, que, curiosamente, no fue durante la Descarga, me quemé», reconoció el autor.

Por su parte, el alcalde de Cangas del Narcea, José Manuel Cuervo, destacó la trayectoria de Colubi en un mundo complejo como es el del humor inteligente y le invitó a ejercer como pregonero oficial en las fiestas patronales del Carmen y la Magdalena, el próximo mes de julio.

Además de los artículos publicados en este diario, el libro aborda temas de lo más disperso, adecuados para los días veraniegos en los que los periódicos intentan ofrecer a sus lectores artículos de todo tipo, como, por ejemplo, el motivo de que los bolis Bic hayan perdido la parte de arriba de la capucha. No se olvida prácticamente de nada que tenga que ver con las cosas del día a día: los bares, la televisión, los ordenadores y todo lo que tenga que ver con el verano: las agencias de viajes, las playas, el Seat 600...

Boda principesca

En la segunda parte del libro, la de la boda del Príncipe, se recogen cantidad de detalles y anécdotas de cómo dejó Madrid «Gallardón-Smithers», qué problemas tenían los invitados para encontrar modelitos... hasta la retransmisión de la boda real.

En cuanto al estilo, en «Diario disperso» Pepe Colubi atrae al lector al inicio con referencias culturales muy conocidas y, a partir de ahí, empieza a desplegar toda su gracia y facilidad verbal para hacer pasar un buen rato a quien se anima a leer el libro.