La Roda (Tapia de Casariego),

Jorge JARDÓN

La Fundación Edes para la educación especial ha puesto en marcha un centro especial de empleo para aquellos usuarios del centro que alcancen los 21 años y hayan superado su etapa de escolarización. De momento, esta iniciativa ha permitido dar trabajo a cinco personas, todas ellas con alguna minusvalía, de manera que se busca una fórmula para que se integren en la vida laboral.

Se trata de un proyecto de hortofruticultura en versión ecológica. Para hacer posible el proyecto, el Ayuntamiento de Tapia de Casariego ha cedido 4,5 hectáreas en la finca de «El Cabillón», las cuales han sido ocupadas por cuatro grandes invernaderos y por cultivos al aire libre, pudiendo decirse que en los terrenos hay de todo: coles, fabas, judías verdes, pimientos, tomates, lechugas, fresas, frambuesas, calabacines, patatas y todas las variedades que uno pudiera pensar. Incluso cuentan con 2.000 manzanos plantados, que se espera que comiencen a dar fruto el próximo año.

A pesar de que están empezando con la actividad, Félix, el administrador de las iniciativas de «El Cabillón», se muestra satisfecho al comprobar que todo lo que se produjo hasta ahora ha sido adquirido y que los cinco empleados han podido percibir el sueldo, lo cual no es poco, aunque la iniciativa no dé más que para ello.

Si bien todavía no han encontrado canales de comercialización suficientes, lo cierto es que ya se han metido en un economato, en una cooperativa, en numerosos restaurantes y en un centro de consumo de Navia, que semanalmente hace el pedido para sus asociados.

Judías verdes y fresas

Al margen de ese circuito de establecimientos, cualquier persona puede acercarse al centro para comprar aquello que necesite. Según explica la ingeniera técnica agrícola que se encarga de dirigir estas tareas, Graciela Méndez, todo se vende bien, pero son los tomates, las judías verdes y las fresas los productos estrella que más demanda la gente.

Para iniciar la actividad, la finca «El Cabillón» ha tenido que invertir más de 200.000 euros para adquirir maquinaria, equipos de riego, un cortavientos, los invernaderos y para la construcción de una nave.

Esa primera fase se ha visto ampliada por otra, la actividad de jardinería y mantenimiento de espacios verdes, de modo que todo el mundo dispone de este servicio. Y, si bien hasta ahora el trabajo se limita a espacios verdes y estaciones de servicio, esperan ampliar su actividad a los ayuntamientos para encargarse de parques y otras zonas verdes, así como del mantenimiento de los jardines de los particulares.

Mientras que el primer año los trabajos consistieron en tareas de limpieza, debido al estado de abandono de la finca, y en poner la explotación a funcionar, en esta segunda anualidad están más dedicados a la apertura de mercados, una tarea que están consiguiendo debido a la calidad de los productos, no preocupándose en absoluto de que puedan ser un poco más caros, teniendo en cuenta que los productos ecológicos resultan más delicados de cultivar, al no poder combatirse ningún tipo de plaga mediante insecticidas químicos.