Al mediodía de ayer, el caos volvió a adueñarse de la travesía de Navia, pareciéndose a los tiempos aquellos en los que no existía variante. Pero hubo un punto conflictivo en el desvío de la Caja de Ahorros que hizo que las caravanas se extendieran hasta el Hospital de Jarrio, un suceso que ya no se conocía en Navia. Hubo aspectos singulares en el caos; de una parte, que ayer el paso de camiones cargados de madera resultó intenso y, de otro lado, los coches que buscaban un desvío hacia la izquierda, estancando a cuantos venían detrás. Y, lo peor de todo, la falta de semáforos que regulen los pasos de vehículos y de peatones, quienes no se acaban de mentalizar de que un paso de peatones no puede ser un lugar que les permita cruzar apresuradamente, sin orden ni concierto cuando se les ocurra, sin respetar el tráfico.