Tineo, E. PELáEZ

Ni la reclamación del sindicato UGT ni la petición del Pleno de Cangas del Narcea y del movimiento asociativo que defienden, todos ellos, la implantación de la anestesia epidural en el Hospital Comarcal del Suroccidente han motivado que la Consejería de Salud diga una sola palabra.

La respuesta de la Administración regional a las preguntas de este diario es el silencio. A pesar de que antes de las pasadas elecciones municipales y autonómicas el entonces consejero de Salud, Rafael Sariego, asegurara que su departamento estaba trabajando con la gerencia del centro para decidir el sistema más adecuado para implantar la epidural.

Pero el actual consejero de Salud, José Ramón Quirós, no era de la misma opinión. Meses atrás, apuntaba que el Hospital de Cangas del Narcea no dispondrá de la anestesia epidural al ser el servicio demasiado costoso para un área «con un índice de nacimientos de apenas dos partos a la semana».

Tras estas declaraciones fueron varias las voces que se alzaron exigiendo que el Suroccidente pudiese disponer de este servicio, ya que es el único hospital de la red pública asturiana que no cuenta con él. La Unión Comarcal de UGT del Suroccidente, la Corporación municipal de Cangas, la junta de personal del área sanitaria del Suroccidente y diversas asociaciones de la comarca se unen en esta reclamación, que no obtiene respuesta por parte de la Administración regional. Denuncian la discriminación de las mujeres del Suroccidente, que no pueden acceder a la epidural, lo que provoca que muchas de ellas se trasladen a otro centro hospitalario para el parto.

Es ésta una reivindicación que parecía tener solución hace cinco años cuando una nota interna del hospital confirmaba que se comenzaría a ofrecer este servicio. Finalmente no fue así.

La junta de personal del área sanitaria II afirma que se disminuyen prestaciones en número y calidad e, incluso, desaparecen en casos como el especialista de digestivo. También faltan especialistas en las plantillas de rayos X y anestesia y facultativos en la red de atención primaria. Pide, asimismo, al Sespa que disminuya las listas de espera de rehabilitación, que se aproximan a los ocho meses en ciertos casos.