Grandas de Salime,

T. CASCUDO

La Asociación cultural Xeira entregó el sábado en Grandas de Salime su XVII Premio de relatos cortos, en un momento en el que el gallego-asturiano «pierde posiciones» tal y como denunció el presidente del colectivo, Xabiel G. Menéndez, para quien la única solución para paliar la pérdida de hablantes es la oficialidad de la lengua.

Menéndez ofreció un emotivo discurso ante la presencia de la presidenta de la Academia de la Llingua Asturiana, Ana Cano, el alcalde de Grandas, Eustaquio Revilla, y la premiada, la escritora grandalesa Marisa López.

Para el presidente de Xeira, los diecisiete años de trayectoria del premio «no han servido para casi nada». Ante el numeroso público congregado en la Casa de Cultura de Grandas, Menéndez volvió a reclamar la oficialidad del gallego-asturiano para «permitir su uso normal y voluntario».

El máximo portavoz de Xeira llevó la situación de la fala al terreno personal: «Estoy a punto de ser padre y mi hija se llamará Ximena. Podría hacer un estudio sociológico con las reacciones de quienes escuchan su nombre: unos dicen que cómo le hago eso a la pobre niña; otros, que no saben pronunciarlo. En cambio saben decir Shakespeare». Menéndez se preguntó por qué no podrá censar a su hija en «Xarrio en lugar de Jarrio», por qué su hija no podrá estudiar gallego-asturiano por falta de maestros que lo impartan o por qué no podrá presentar su tesis doctoral en su lengua «materna».

Por su parte, la presidenta de la Academia repasó la trayectoria de Xeira en la defensa de la cultura eo-naviega y reiteró el compromiso de la entidad que preside con la cultura de entrambasaguas: «Siempre estaremos aquí defendiendo la lengua propia del territorio y lo haremos con la misma energía con la que defendemos el asturiano». La vencedora del premio recogió el galardón de manos del alcalde de Grandas, la población donde nació su padre y donde aún tiene familia. En el acto, en el que se convocó la XVIII Edición del premio, hubo tiempo también para la música.