Un amigo y lector fiel me dijo hace pocos días si se me habían quebrado ya los maxilares de tanto reír, y la verdad que no entendía lo que me decía, hasta que él mismo me explicó qué era lo que yo había escrito cuando el delegado del Gobierno había anunciado en Luarca que la construcción del cuartel de Navia se iniciaría en unas semanas y que su retraso se había debido a un nuevo proyecto más ambicioso que el original. Y menos mal que Trevín no señaló cuántas semanas harían falta, pero lo cierto es que han pasado varios meses desde que a principios de enero hiciera el anuncio y nadie ha movido un solo terrón en la parcela. Es de esperar que el retraso de las obras no suponga otros quince años de demora y que se acometa lo antes posible para evitar que una nueva promoción de guardias alcance la jubilación sin haber podido inaugurar el cuartel. Se trata además de una cuestión que urge por dignidad de los vecinos.