Castropol, T. CASCUDO

Hace más de siglo y medio existió en la localidad castropolense de Seares una bella mujer llamada María Rosa Pérez, conocida como «La Searila». Fue protagonista de una preciosa historia de amor que permanece en el recuerdo de los vecinos, transmitida por la tradición oral y plasmada en unos versos escritos por su amado, Antonio Cuervo y Castrillón.

La Searila fue ayer la protagonista del Día del Libro de Castropol en un intento por acercar las tradiciones e historias del concejo a sus habitantes. Explica la responsable de la Biblioteca Menéndez Pelayo de Castropol, Manuela Busto, que ayer la jornada pretendía hacer un guiño a los mayores del concejo. «Por eso elegimos una historia local, reconocible y cercana, para que tomen el Día del Libro como algo propio».

Desde hace cuatro años, y con la ayuda de los Servicios Sociales del concejo, la biblioteca profundiza en su acercamiento a los ancianos. «A través de los auxiliares de ayuda a domicilio llevamos los fondos de la biblioteca a los mayores que no pueden desplazarse hasta aquí», matiza Busto.

El éxito de esta red es total y Busto asegura que estos particulares lectores a distancia tienen gustos muy heterogéneos: desde revistas a poesía. Ahora esperan que el Principado les conceda una ayuda para adquirir material bibliográfico específico para mayores y así completar los ya más de 22.000 volúmenes con los que cuenta la biblioteca.

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