Ribadeo, T. CASCUDO

El presidente de Puertos de Galicia, Jacinto Parga, visitó ayer Ribadeo con el fin de explicar el proyecto de construcción de una nave semiflotante para carga y descarga en el puerto comercial de Mirasol que ha generado un rechazo frontal a uno y otro lado de la ría del Eo. Parga dejó claro que la Xunta avala el proyecto de la empresa Galigraín y advirtió de que el Gobierno regional asturiano, que se opone también en principio a la actuación, poco tiene que decir en el tema. «Esta actuación se hace íntegramente dentro del dominio portuario gallego y ni siquiera habría que pedir permiso a la Demarcación de Costas para llevarla a cabo», sentenció. Para rematar, Jacinto Parga aseguró que, de momento, desconocen oficialmente la postura del Principado y que no ha habido ninguna petición de información por parte de Asturias.

El dirigente portuario se esforzó en Ribadeo por defender el muelle flotante desde el punto de vista empresarial. Explicó que se trata de «una oportunidad positiva para el Puerto ribadense y la comarca en general». Eso sí, poco trascendió de los detalles técnicos de la futura nave porque Parga insistió en que aún no está redactado el proyecto y tan sólo disponen de una petición por parte de la empresa Galigrain. En concreto, se prevé actuar sobre una superficie de 5.982 metros cuadrados, de los que 3.775 estarían en superficie portuaria y 2.207 metros cuadrados sobre la ría.

El responsable de Puertos de Galicia -entidad dependiente de la Xunta- indicó que la instalación será «técnicamente» la misma que la del puerto de Marín -cuya foto publicó LA NUEVA ESPAÑA días atrás-, pero no físicamente, «porque el puerto pontevedrés tiene características diferentes al de Ribadeo y allí operan buques de mayor tamaño».

Para Parga, la nave semiflotante que propone la empresa Galigrain a petición de su cliente la papelera Ence de Navia es «la única oportunidad que le queda al puerto de Ribadeo para mejorar y poder crecer». En este sentido, ratificó la importancia que tiene Ence como principal empresa en actividad dentro del puerto de Mirasol y reconoció que reciben presiones por parte de la papelera para que se agilice el proyecto. «Ence está asumiendo un proceso de ampliación que concluirá a final de año y pretenden disponer de esta instalación para principios de 2009». Eso sí, Parga dejó claro que «no estamos por la labor de saltarnos ni un sólo paso de la tramitación y todo el mundo tendrá derecho a alegar». Además, añadió, ahora es el turno de Galigrain: «Ha de presentar un proyecto que sea querido por todos, pues será difícil sacarlo adelante».

Hasta el próximo 29 de mayo habrá que esperar a ver si, aparte de Galigraín, hay otra empresa interesada en ejecutar la obra. Si no, Galigrain deberá presentar un proyecto que se someterá a tramitación para decidir o no si se le otorga la concesión. En esa tramitación tendrá mucho que decir la declaración de impacto ambiental, el informe de Patrimonio y la licencia municipal. Al respecto, Parga matizó que «no será posible que antes del 1 de septiembre se inicie ningún trámite».

Precisamente, en la licencia municipal reside la mayor baza con la que juega el Consistorio ribadense. La Corporación tiene la última palabra para decidir si el proyecto sale o no adelante. Y parece que no están muy por la labor. El alcalde, Fernando Suárez (BNG), no quedó muy satisfecho con la explicación de Puertos de Galicia.

Y añadió: «A priori, lo vemos francamente improcedente y consideramos muy cuestionable que pueda llegar a nacer». Suárez cree un temeridad el muelle flotante y aseguró que el gobierno local será «cauteloso» sobre su decisión final para autorizar o no la obra.