Grandas, S. PÉREZ

El delegado del Gobierno, Antonio Trevín, adelantó ayer en Grandas de Salime, durante el acto de clausura del curso de jardinería para reclusos de Villabona, que la próxima semana se anunciará la tramitación del proyecto de reforma de los cimientos del futuro cuartel de la Guardia Civil de Navia, una obra que acumula un retraso de dos años. «Una prioridad absoluta de este Gobierno», aseguró Trevín. El proyecto del cuartel de la Guardia Civil tuvo que ser reformado por deficiencias en los cimientos y cuenta con una financiación del Ministerio del Interior de 975.146 euros.

Por otra parte, trece reclusos de la prisión de Villabona han venido desarrollando, desde el pasado 21 de abril, en el concejo de Grandas de Salime, un curso práctico de jardinería y restauración del paisaje, una experiencia pionera en España de inserción laboral, idea del Instituto de Formación de Estudios Sociales (IFES-UGT), con la colaboración de Cruz Roja y el Ayuntamiento grandalés. Once de ellos disfrutan del segundo grado penitenciario y ahora un equipo multidisciplinar analizará su paso por este programa para dar su visto bueno y concederles el tercer grado.

El proyecto echó ayer el cierre y el resultado puede verse ya en el área recreativa de El Coto, en las cercanías de la capital del concejo. Han dejado huella y, lo que es más importante, han abierto un camino para que otros en su misma situación puedan beneficiarse de esta experiencia. Ésa es la sensación que quedaba ayer entre los asistentes al acto de clausura. Un sencillo pincheo en el albergue de Castro, su hogar de las últimas semanas y en el que estuvieron acompañados por el delegado del Gobierno, Antonio Trevín, quien felicitó a los reclusos por abrir una nueva ventana de ilusión a otros muchos presos. «Sois personas que habéis demostrado capacidad para reintegraros en todos los ámbitos de la sociedad, desde el social al laboral. Habéis dado una lección de buen hacer para que los que vengan detrás puedan continuar con ello». Trevín agradeció la colaboración del Ayuntamiento grandalés, que desde el primer momento se ofreció como sede de esta aventura, a pesar de las críticas iniciales de muchas personas. «Una de las lecciones que nos deja este programa es la importancia de la colaboración entre la Administración y otros organismos. Desde la Delegación de Gobierno creemos en la capacidad de reinserción de los centros penitenciarios. Es más fácil decir que hacer, y aquí lo hemos hecho», afirmó.

El delegado de Gobierno aprovechó para anunciar que otros concejos del Principado ya han mostrado su interés por formar parte de este proyecto. Señaló cómo actualmente la región cuenta con veinticuatro municipios que disponen de centros de este tipo con capacidad para 183 plazas. «Son pocas, pero lo agradecemos y tienen todo nuestro apoyo. Estamos a su disposición para guiarlos en la elaboración de estos programas», explicó Trevín. Así, los reclusos han podido cambiar la imagen que la sociedad tiene de ellos. «Creo que esta iniciativa ha servido para cambiar la opinión de muchos, para que nos vean como a personas normales, con una familia, yo he pagado por lo que he hecho y quiero poder volver a trabajar como cualquier persona», decía Juan José Vilariño.