Tineo, E. PELÁEZ

De Tineo a todo el mundo, Lucas Santiago exporta joyas de inspiración rural y ambición universal. El diseñador tinetense ha sacado su taller de la joyería que regenta en la localidad para abrirlo al público en una nueva ubicación. Con la ayuda de su padre, Santiago ha rehabilitado una antigua casa en el centro de la villa donde al espacio para desarrollar su labor creativa se añade una nueva zona de exposición con el propósito, afirma, de «establecer un vínculo perfecto entre el autor y el espectador».

Pero el proyecto de Lucas Santiago va más allá. Su obra, firmemente inspirada en el medio rural donde vive, no sólo pretende abrirse a sus potenciales «clientes». En el mismo edificio del nuevo taller hay sitio para alojar a otros diseñadores con los que pretende desarrollar experiencias de intercambio. Tal y como lo explica el artista tinetense, «en Europa estos intercambios creativos son muy frecuentes. Se alquilan talleres y se buscan para ello entornos muy rurales, ya que la mayor parte de los artistas vienen de ámbitos urbanos como Berlín, Florencia o Barcelona». El mismo Lucas Santiago se formó en la Ciudad Condal, pero escogió mantener su obra muy vinculada a su tierra natal. Esta ampliación de su lugar de trabajo tiene, desde su punto de vista, otras muchas motivaciones. «Pretende ser un punto de encuentro para las nuevas tendencias de la joyería contemporánea, una apuesta arriesgada en un lugar como Tineo, alejado de los focos importantes de la creación en esta disciplina, pero que a raíz de anteriores y futuras actividades promovidas en el entorno justifican una sólida esperanza de llevarlas a buen puerto».

Y todo esto parte de un sueño. Literalmente. Lucas recuerda haber soñado con la casa de una vecina, Rosa La Azuca, que visitaba cuando era pequeño. Siempre le llamó la atención que aquella «era una casa donde todo estaba en un andar, sin divisiones, como un loft rural», de mucho antes de que este tipo de viviendas se pusiesen de moda entre la bohemia artística. Quiso comprarla, no estaba en venta y optó imitar el concepto en esta otra, un pequeño edificio abierto a un jardín en el centro de la villa tinetense. La idea, después de madurarla en su cabeza, termina siendo «un espacio agradable no sólo para crear, sino también para disfrutar».

La nueva casa de Lucas Santiago viene a materializar otro viejo sueño de este artista joyero que trabaja en Tineo desde 1991. Se trata, confirma, de «apostar por el mundo rural en una disciplina que está totalmente focalizada en zonas más urbanas con la esperanza de que en el futuro esa tendencia cambie y desde sitios pequeños se empiecen a decir y a hacer cosas grandes».

Lo hace a través de sus joyas de inspiración rural, desde piezas que representan bateas de oro o antiguas llaves hasta creaciones realizadas utilizando cuernos de vaca que desde la villa han viajado mucho. Lucas Santiago ha expuesto su obra en París o Amsterdam y prepara tres piezas con el propósito de entrar en la selección para una muestra que se celebrará próximamente en Finlandia. En el taller y el área de venta, explica el artista, «generalmente hay piezas únicas». Aunque frecuentemente elabora, ante la demanda, colecciones basadas en bateas como las que se utilizan en Navelgas.