Tablao (Degaña),

Pepe RODRÍGUEZ

El pueblo de Tablao, en el concejo de Degaña, celebró la II muestra «Oficios tradicionales a lo largo del tiempo», en una jornada en cuyo transcurso se pudo disfrutar de demostraciones en vivo de la labor de cesteirus, canteirus, ferreirus, guarnicioneirus, abougadeirus, torneiurus y alfareirus.

La feria se completó con la participación de una banda de gaitas y con puestos de taberna y un pulpeiro, para saciar, respectivamente, la sed y el hambre de los visitantes. La muestra también dejó un hueco para los animales domésticos del mundo rural, por medio de una selección de colmenas, así como de corrales de pitas, ovejas y burros.

Además de las demostraciones en vivo de estos artesanos, cuyos oficios se están perdiendo por la falta de relevo generacional, se pudo ver cómo se hacían las tradicionales papas de maíz, cómo se trasquila una oveja e, incluso, cómo se hacía la ropa antiguamente en los pueblos del suroccidente, unos saberes casi olvidados y a los que son ajenas las nuevas generaciones.

Victorino García, encargado de la organización y responsable de El Rincón Cunquerio, afirma que, «como esto ha crecido, también lo han hecho el trabajo y el esfuerzo económico necesarios para llevarlo a cabo. Lo que tratamos es de mostrar estos oficios como algo cultural que no se puede perder; tanto la Administración como la gente tienen que darse cuenta de que mantener estos oficios es algo tan importante como restaurar viejos edificios».

García considera que lo más importante del certamen es «alargar la vida de los hombres que tienen estos conociminetos y tratar de captar a alguien para la causa. No estamos en contra del progreso, por supuesto, somos conscientes de que es más probable que la gente pague por ver cómo se hace un tornillo de esta manera que por comprarlo. Pero eso es lo que hay que aprovechar, llevar esta cultura a las escuelas, que sean aprovechadas por el turismo. Asturias presume de ser un sitio de gran riqueza tradicional, rural, pero eso hay que cuidarlo y no dejarlo morir».

La cantidad de público asistente a la feria colmó las expectativas de García, quien se declara «satisfecho de lo que estamos haciendo». La verdad es que el tiempo acompañó al desarrollo de la actividad.

«Lo normal es que la gente venga un par de horas a verlo todo y luego se vaya, y eso nos viene muy bien porque fomenta el boca a boca y hace que más gente quiera conocer algo tan especial. Sí, estoy satisfecho», concluye el encargado de la organización del certamen.