Castropol,

Ana M. SERRANO

Las culturas asturiana, gallega, canaria y catalana se mezclaron ayer y por un día para convertir Castropol en un manto de alfombras florales. La capital del concejo celebró el primer certamen nacional dedicado a esta habilidad y logró congregar a más de cincuenta especialistas en decorar los suelos de las calles con flores.

Aunque no fue hasta última hora de la mañana cuando se pudieron observar los trabajos completos, las tareas empezaron mucho antes: «Para cortar todos los pétalos, dibujar y después decorar necesitamos parte de la noche y toda la mañana», explicaba la presidenta de la asociación cultural El Pampillo de Castropol, Mayte Muiña. Sus miembros empezaron a trabajar en torno a las siete de la mañana y casi todos los habitantes de la capital del concejo se volcaron en las celebraciones.

Como si se tratara de una fiesta patronal más, en los balcones lucían las banderas asturiana y española y las gaitas, presentes en el centro de la villa, no dejaron de sonar. «El trabajo que hacemos es duro; primero recogemos las flores por todo el concejo, las seleccionamos por colores y pensamos el dibujo, es normal que la gente lo agradezca». En este primer certamen, además de pétalos de flor, se decoró con sales, café y figuras de pasta. Las asociaciones llegadas de Tenerife y La Palma utilizaron, además, grandes arcos de forja decorada, que generaron gran expectación. «Por fin logramos reunir a lo mejor de España en alfombras florales», aseguraba Muiña.

El parque de Vicente Loriente fue la zona de la villa castropolense que más lució las flores. Además de la céntrica plaza, estaban decoradas todas las calles cercanas, como ocurre en la popular fiesta del Corpus Christi de Castropol. Pero este año no han tenido que esperar doce largos meses para volver a decorar el suelo de las calles castropolenses.

Como es también habitual en el Corpus, el certamen congregó a numeroso público, que durante la mañana pudo comprobar todo el proceso de confección de las alfombras florales: «Tratamos de hacer visible nuestro trabajo; además, ésta es una exhibición para dar a conocer este arte, más que para competir». En este primer encuentro lo que más abundaba eran pétalos de hortensia, pampillo y sal. «Lo habitual es que recurras a la flor de la temporada y en este caso ha triunfado la hortensia», comentaban mujeres de la asociación El Pampillo.

Pero no todo fueron alfombras en Castropol. A la animada fiesta se unió una demostración en vivo de los oficios tradicionales, organizada esta vez por la asociación cultural San Tirso del Eo. Cesteiros, serradores y zapateiros, entre otros, mostraron al público cómo se trabajaba antaño. Y es que el Ayuntamiento de Castropol, organizador del certamen floral, ha querido en esta cita reconocer no sólo la labor de los colectivos alfombristas, sino también la de los oficios tradicionales del Occidente.