Fuentes de Corbero

(Cangas del Narcea),

Pepe RODRÍGUEZ

Francisco Rozas, vecino de Madrid pero nacido en el pueblo de Fuentes de Corbero, en el concejo de Cangas del Narcea, se llevó una sorpresa tremenda días atrás cuando descubrió una seta de proporciones nunca vistas en las inmediaciones de su pueblo. Es otra muestra más que este año, el caluroso pero también lluvioso verano, ha tenido un efecto multiplicador en la huerta asturiana.

Rozas cuenta que estaba paseando por las inmediaciones de una zona conocida como Las Fontaninas cuando se fijó en que entre las raíces de un roble asomaba lo que podía ser una seta. Trató de sacarla y, sin dar crédito, se encontró con una pieza de unos 40 kilos.

El hombre no cabe en sí de asombro y no duda de que su hallazgo es toda una novedad. «Yo no es que sea un experto, pero tengo amigos por Castilla que son muy aficionados y a veces voy con ellos por el monte, así que algo se. Fue la familia de mi mujer, que es de Guadalajara, la que me metió un poco en el vicio este de las setas», explica. Francisco Rozas considera que nadie reparó en la seta antes, porque nadie se fijó.

«Es que aquí, en Asturias, no hay esa cultura. No se da nada por ellas. Pasa como con los caracoles, que los hay a patadas y en otros sitios se les tiene mucho aprecio. Pero me la voy a llevar para que vean si se puede comer y algo haré con los amigos», explica.

En su experiencia de buscador de hongos y setas, relata, «nunca había visto nada igual, nunca, es una cosa casi monstruosa. Es más, tuve que subir a casa a coger herramientas porque si no no la sacaba del tronco del árbol. Y tendrán que ayudarme a transportarla porque yo sólo no puedo con ella».

En cuanto a si la pieza de gran tamaña, es un manjar o no, lo deja en el aire: «Hombre, si está en la raíz de un árbol puede ser mas o menos sabrosa, pero venenosa no creo que lo sea. Lo más seguro es que sea comestible. Pero ya encargaré yo a unos amigos que la miren y, si eso, hacemos una merendola para celebrar el hallazgo».

Junto con el tamaño de algunos tomates, y otras verduras, da la sensación de que Cangas está produciendo, esta temporada, unos vegetales desproporcionados. Pero no sólo Cangas. En Arbón (Villayón), una familia ha cultivado un calabacín de más de diez kilos de peso.