Estoy convencido de lo que dice, que competir con la importancia de Ribadeo en el mercadillo no es posible para una villa de poca densidad de población como Castropol. Pero creo que el alcalde de Ribadeo lo que debe es valorar los hechos no como una rivalidad, sino como una circunstancia más del mercado. De momento, cuatro expositores han optado por cambiar de escenario y marcharse a Castropol, lo que es perfectamente coherente teniendo en cuenta la masificación del mercadillo de Ribadeo y las tasas que tienen que asumir por establecerse en él. Tiene que comprender el alcalde que los mercadillos están pasando una situación delicada si se tiene en cuenta la coyuntura de crisis que se vive, y que muchas veces la lluvia, tan habitual por estos lares, provoca que no puedan establecerse. Me parece una mentecatez que el alcalde de Ribadeo pierda el tiempo en estas minucias, a no ser que haya provocado el principio de una desbandada.