Castropol,

T. CASCUDO

En tres semanas el mercado de Castropol ha pasado de cuatro a más de veinte puestos. El motivo de tal éxito reside en que el Ayuntamiento ha decidido no cobrar tasas de ocupación de suelo público a los comerciantes, al menos hasta comprobar la viabilidad de esta cita comercial. La noticia ha corrido como la pólvora y ha funcionado como efecto llamada entre los ambulantes del mercado de Ribadeo, que también se celebra los miércoles y donde las tasas son «demasiado elevadas», según denuncian.

El alcalde de Castropol, José Ángel Pérez, está encantado con el éxito de su improvisado mercado y ha dicho que si sigue funcionando así de bien estudiarán su traslado al campo de La Paloma. «En todo caso dejaremos pasar tres o cuatro meses de prueba y después haremos una reunión para tomar decisiones sobre el traslado y sobre el cobro», apuntó.

No obstante, si finalmente se establece alguna tasa será una cantidad simbólica. Dice el regidor castropolense que no ve «prioritario» establecer una tasa y que prefiere plantear el mercado «como una inversión del municipio en beneficio de los ciudadanos». Y apostilla: «Como la ganancia no va a suponer casi nada, prefiero mantener el mercado gratis que cobrar».

Se defiende también Pérez de las críticas vertidas por el regidor ribadense, Fernando Suárez, a quien no ha gustado la coincidencia de ambos mercados. Dice Pérez que «cada ayuntamiento hace las gestiones que considera oportunas y debe mirar sus beneficios» y añade que «la fecha la pusieron los comerciantes».

El hecho es que la gratuidad del mercado ha motivado que algunos ambulantes se hayan dado de baja en Ribadeo. Es el caso de Óscar Montoya, que ayer estrenó ventas en la cita castropolense. «En Ribadeo se pagaba demasiado y aquí de momento parece que funciona bien». El tema económico y el del espacio son las razones alegadas por los ambulantes, que se quejan de la masificación del mercado gallego.

La gratuitad del mercado en Castropol se suma a la subida de tasas que acaba de aplicar el vecino municipio de Ribadeo, algo que no ha gustado nada a los comerciantes. «Yo antes pagaba 48 euros y ahora me están pidiendo 142 euros. Por eso prefiero probar aquí», aseguraba ayer un feriante lucense.

El crecimiento del mercado de Castropol ha obligado al Ayuntamiento a habilitar espacio en el parque de Vicente Loriente. Ayer se instalaron una veintena de puestos y para la próxima semana, anuncian los comerciantes, vendrán otros siete. A quienes no les gusta tanto la idea es a los cuatro ambulantes que estrenaron esta cita: «Como sigan viniendo vamos a estar en las mismas que en Ribadeo, poca gente para demasiados puestos».