Se confirmaron las expectativas. Aunque sea pronto para asegurarlo, el mercadillo de Castropol parece asentarse por encima de lo esperado. El miércoles acogía ya a veinte expositores, una cifra que era considerada como inalcanzable teniendo en cuenta que ese mismo día cuentan con mercadillos localidades importantes como Ribadeo o Luarca. Tropecé con una señora de Llanera que piensa incorporarse a Castropol mañana, desilusionada de las tasas que le venían aplicando en Ribadeo y de los malos resultados económicos de Luarca. Lo que necesitan ahora los castropolenses es continuar en esa línea de moderación y de humildad de modo que los ambulantes se afiancen y que sigan contando con compradores de toda esa zona desde Vegadeo hasta Tapia. Como tampoco es malo que se seleccionen los artículos que se exponen para evitar la repetición de productos. Creo que el alcalde de Ribadeo no midió bien su prepotencia.