Figueras, T. C.

El parque de El Pelamio se construyó gracias a una permuta con el propietario del palacio de Trenor, José Trenor. Él cedía este solar anexo al palacio con la condición de que se convirtiera en un parque infantil y a cambio obtenía otra parcela en la zona de Barres. El proyecto inicial del aparcamiento no tenía en cuenta su voluntad y hacía desaparecer el parque; en cambio, este segundo proyecto hace todo lo contrario. No sólo mantiene el parque, sino que lo dinamiza y lo convierte en un auténtico mirador sobre la ría del Eo.

Dice el Alcalde, José Ángel Pérez, que actualmente el parque «es una zona que está muerta, un parque fantasma, y lo que queremos es vigorizarlo». El Ayuntamiento no sólo quiere hacerlo atractivo para los visitantes que puedan dejar el coche en el parking, sino también para los propios vecinos. El parque, que juega con diferentes materiales y estructuras para diferenciar las zonas, incluye el acceso peatonal al aparcamiento subterráneo, una zona de paseo, un espacio para los juegos infantiles, una amplia zona verde y tres miradores.

El más llamativo es el mirador de los menhires, que juega con una serie de piedras megalíticas con cuatro agujeros en su interior que permiten diferentes perspectivas de Castropol. Cada uno de los tres miradores está orientado hacia una zona diferente, lo que «lo convierte en un aliciente más del parque», precisa el Alcalde del municipio castropolense.