Tapia de Casariego,

T. CASCUDO

La visita que la empresa Dagilev Capital Corporation tenía previsto realizar a Tapia el martes ha provocado una honda preocupación en los vecinos del concejo que se oponen a la explotación aurífera de la que la firma tiene los derechos. Pese a que oficialmente no ha habido rastro por Tapia de los empresarios canadienses, que recientemente han adquirido la concesión de oro de Salave, los vecinos de la plataforma «Oro No» manifiestan sus recelos ante los movimientos y los hechos que se están produciendo. Es el motivo por el que ayer la plataforma emitió un comunicado en el que califica de «inadmisible» el silencio sepulcral que mantiene el Gobierno del Principado.

Según el colectivo que canaliza la oposición a la explotación aurífera de los Lagos de Silva, en Salave, hay circunstancias «en que el silencio es oportuno, en otras necesario y en otras inadmisible». Para «Oro No», el gobierno regional debería hacer pública su postura tal y como ha hecho la Corporación municipal expresando su rechazo a la explotación minera. Además, la Corporación respondió negativamente a la petición de los responsables de Dagilev para mantener un encuentro con los políticos municipales.

La plataforma se ha mostrado muy crítica con las voces que anunciaron que las intenciones de Dagilev eran sólo humo y aseguran que «el reciente anuncio de explotación no fue, ni ha sido, ni es, ni será sólo el humo consustancial a toda maniobra especulativa». «Oro No» recela también del modo de proceder de la empresa que solicitó un encuentro con la corporación tapiega «en los términos de la más absoluta discreción y confidencialidad».

Este secreto con el que actúa la compañía, dice la plataforma, «da indicios de cómo pretenden negociar». La plataforma, que no abunda en sus manifestaciones públicas, vuelve a dejar claro en este comunicado que «Tapia y la explotación minera resultan en todo caso excluyentes». Para el colectivo de oposición a la mina sólo hay una opción: «Mina sí o mina no, o dicho en otros términos Tapia o mina».

El Principado está inmerso en un procedimiento judicial que mantiene desde 2005 con la empresa Río Narcea Gold Mines, la anterior propietaria del derecho de explotación. El Gobierno asturiano prohibió a la minera explotar el yacimiento, motivo por el que tiene abiertos cuatro contenciosos con Río Narcea. Dos de ellos han sido ganados por el Principado, el último el año pasado. Las sentencias pendientes se refieren a la solicitud de indemnización de la entidad minera por responsabilidad patrimonial al denegarle el Principado la autorización y por otro lado, la solicitud de indemnización por la denegación de permiso para su plan de explotación minera.

Mientras se libra la batalla judicial, la concesión minera ha cambiado de manos. Río Narcea vendió su participación al grupo sueco Lundin Mining y éste hizo lo propio con Dagilev, compañía que está preparando su salida a bolsa en Canadá. Además para el próximo 31 de mayo tiene previsto celebrar una junta de accionistas en la que podría cambiar su nombre por el de Astur Gold Corporation, denominación con la que pretendería explotar el oro de los Lagos de Silva.

Tampoco está claro el proyecto que quiere acometer Dagilev. Sobre la mesa hay dos posibilidades, por un lado la explotación minera a cielo abierto que planteó Río Narcea y por otro, el proyecto de galería subterránea de exploración que presentó Exploraciones Mineras del Cantábrico, filial de Lundin Mining.

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