Navia,

A. M. SERRANO

«Si no tenemos una formación adecuada, no podemos optar a trabajos de calidad y que perduren». Son las palabras de Daniel Rodríguez, «Asturiano del mes de abril» de LA NUEVA ESPAÑA, quien ayer fue uno de los ponentes en las jornadas sobre discapacidad y empleo que organizó la Fundación Edes en el centro cultural El Liceo de Navia. El joven, de 31 años, gijonés y diplomado en Trabajo Social, se ha convertido en el primer asturiano con una lesión cerebral que obtiene un título universitario. Rodríguez denunció la falta de apoyo y de recursos para ayudar a la gente con limitaciones funcionales a seguir los estudios normalizados.

Daniel Rodríguez, quien recientemente publicó un libro en el que cuenta su experiencia en las aulas («Cordones para las zapatillas»), destacó la importancia de que la gente con discapacidad, una palabra que siempre evita, pueda optar a una educación de calidad y continuada hasta la etapa universitaria y también a las mismas oportunidades educativas que las personas que no tienen limitaciones.

«El sistema educativo no está diseñado para entendernos, sólo tenemos apoyo hasta la Educación Secundaria Obligatoria. Y, si no nos formamos, el empleo no puede ser bueno», añadió.

El joven defendió la presencia de gente discapacitada en las aulas de cualquier centro educativo, «más allá de los centros especiales», y aprovechó su ponencia para intentar dar un paso más y concienciar a la sociedad en este sentido. Él es un ejemplo en Asturias y su limitación (por una lesión cerebral que sufrió al nacer) no ha sido un límite para poder participar del sistema público educativo, el que el Estado prevé para todos.

«Si pensamos en centros especiales, nos recortan nuestros derechos sociales. El propio sistema nos invita a dirigirnos a centros especiales y me pregunto por qué si algunas personas con limitaciones queremos escolarizarnos en un centro normal», defendió.

El joven, que en la actualidad está buscando trabajo, incluso llegó a asegurar que «se aprovechan» de los discapacitados. «Sólo hay que ver qué tipo de trabajos les ofrecen. He estudiado una carrera universitaria que me ha costado mucho y quiero trabajar para aquello en lo que me he formado», indicó este gijonés, que se encuentra buscando empleo y «muy animado».

Las Jornadas sobre discapacidad y empleo, que organiza la fundación tapiega Edes desde hace dos años, tienen como objetivo la reflexión sobre la inserción laboral de las personas discapacitadas, uno de los ámbitos en los que dicha entidad centra su trabajo. La técnica de Empleo de la fundación, Carmen Manzanal, echó de menos ayer una mayor representación en el encuentro de las instituciones públicas y de la empresas privadas, que, a través de este tipo de jornadas, pueden obtener más información de los colectivos profesionales que trabajan día a día con la discapacidad.

Manzanal abogó por fomentar en este ala de Asturias el empleo con apoyo, una fórmula experimentada en otras zonas de la región pero sin implantación en el Occidente, y pidió a las instituciones públicas y privadas más compromiso con la discapacidad. Será la empresa asturiana Alimerka, que ayer estuvo presente en las jornadas a través de su Fundación, la que empezará a funcionar con esta modalidad, según destacó Manzanal. Lo hará la próxima semana, cuando una persona con discapacidad empezará a trabajar en uno de sus supermercados del Occidente.

La Fundación Edes trabaja desde 1999 y ofrece cobertura al occidente asturiano y a la zona oriental de Galicia. Su objetivo es lograr que las personas con discapacidad tengan la máxima autonomía posible dentro de sus limitaciones.

Hace cuatro años, la Fundación Edes puso en marcha un nuevo departamento que trabaja por la inserción laboral de sus usuarios en zonas rurales, como la occidental, donde las posibilidades para cumplir este objetivo son menores.