Cangas del Narcea,

Pepe RODRÍGUEZ

La mayoría de los jefes de servicio del Hospital Carmen y Severo Ochoa de Cangas del Narcea consideran que el nuevo sistema informático implantado recientemente en el centro ralentiza la gestión, provoca que los profesionales tengan que dedicar más tiempo a cada consulta y, por tanto, ha engordado las listas de espera de las diferentes especialidades.

El citado programa, denominado Selene, ha sido desarrollado por la empresa Siemens y se ha instalado en otros hospitales de la red asturiada de salud. En concreto el Servicio de Salud del Principado de Asturias (SESPA) ha conseguido implantarlo en Jarrio, en Avilés y en el Valle del Nalón en un principio, mientras que en Arriondas se ha seguido el proceso casi a la vez que en Cangas del Narcea. En el hospital central de Oviedo, sin embargo, se instalará un programa diferente, en teoría más potente.

Según ha podido saber LA NUEVA ESPAÑA, los problemas que genera este programa en la forma de trabajar de los profesionales ha ocasionado una serie de trastornos que hacen que la atención médica sea menos ágil.

Uno de los principales problemas es que el programa tiene un defecto que hace que de vez en cuando, un error cada quince días de uso más o menos, abra ventanas de tratamientos e historiales que no se corresponden con el nombre que aparece en la parte superior. De esta manera el médico puede estar viendo un tratamiento que no es el de la persona que está tratando.

A nivel práctico el uso de este programa ha sido muy discutido porque obliga a los médicos a tener que tomar mucho más tiempo a la hora de pasar una consulta. De esta forma se ha pasado de poder tener unas 25 o 30 consultas diarias en traumatología a tan sólo una decena de ellas. El número es muy similar en oftalmología y la proporción se mantiene en otras especialidades. Según denuncian los médicos, se pueden atender a menos de la mitad de pacientes que de la forma tradicional. Esto es debido a que para ver cada dato el profesional ha de abrir una ventana nueva, lo que ralentiza enormemente el trabajo.

Las listas de espera, por lo tanto, se han elevado de forma considerable. Desde la administración se asegura que las listas se reducirán cuando los profesionales consigan manejar el programa de forma correcta, pero estos ya expresaron sus dudas al respecto en la última comisión mixta que se celebró en el hospital. A su juicio, la propio metodología del programa hará que el tiempo necesario para trabajar siempre sea mayor que de la forma tradicional.

Ramón Quirós, Consejero de Salud del Principado de Asturias, estuvo en Cangas del Narcea al final del pasado año y anunció que el Carmen y Severo Ochoa entraba en una nueva etapa, la de la informatización, y que eso haría que el funcionamiento del mismo fuese mucho mejor. Le acompañó en su visita el Jefe de Planificación Sanitaria, Arcadio Fernández, y, por supuesto, estuvo presente el gerente del hospital, Mario Schiter.

Quirós no comentó, entonces, que este mismo programa Selene, que es el objeto de los dolores de cabeza de la mayoría de trabajadores del hospital, es el que ha hecho que en el hospital de Jarrio y en el de Avilés, que ya tienen el programa instalado hace más tiempo, los médicos hayan optado por volver a hacer las órdenes médicas a mano, con el beneplácito de sus superiores porque entienden que es la única forma de volver a controlar las listas de espera y tener un funcionamiento más ágil.

La oposición de la mayoría de los médicos a este programa sólo es uno de los problemas que ha tenido que afrontar Quirós en el área sanitaria del suroccidente de Asturias; la construcción del centro de salud de Cangas del Narcea, que sigue sin tener un sólo metro cúbico de tierra movido, ha estado presente en su debe durante toda la legislatura.