Luarca (Valdés), V. D. PEÑAS

Los animales de las profundidades abisales volvieron a salir a flote ayer en Luarca. Después de permanecer cinco meses cerrado, el Museo del Calamar Gigante de la villa valdesana abrió de nuevo sus puertas al público. El centro, único en el mundo dedicado a los grandes cefalópodos, fue arrasado -literalmente- durante el temporal del pasado mes de noviembre.

Ayer los hosteleros se felicitaron por la reapertura de este espacio -que también promueve el cuidado de los océanos- durante el primer día de la Semana Santa, ya que sirve de tirón turístico para la villa.

En el restaurante Mesón de la Mar auguran un buen volumen de público para el centro durante estos días. «Estamos contentos de que se abra porque traerá gente. Sin duda, es positivo para la hostería y para todo el pueblo. Creo que fue una buena decisión reabrirlo el Jueves Santo, seguro que anima toda la Semana Santa», explicaba Pepe Fraga. Este hostelero además destacó que el museo servirá para mejorar la zona del muelle nuevo, hasta hace no mucho algo descuidada.

Javier Álvarez, del restaurante - terraza Miramar, también habló de buenas expectativas. «Este centro es único y se puede considerar como todo un referente. Es perfecto que se abra en estas fechas, porque traerá gente y eso generará servicios y trabajo», concretó el hostelero, que tiene su establecimiento en un ático de la antigua conservera restaurada en la que se encuentra el Museo del Calamar Gigante de Luarca. Álvarez también alabó cómo se había trabajado en la recuperación del museo para tenerlo listo de cara a las vacaciones.

Pero los hosteleros no fueron los únicos que celebraron la reapertura del museo, que reúne más de 1.400 piezas. Luis Laria, portavoz de la Coordinadora para el Estudio de las Especies Marinas (Cepesma), se mostró satisfecho por la reapertura, aunque todavía quedan arreglos por subsanar. «Tuvimos que reconstruir toda la planta baja, que quedó arrasada. Hubo que recomponer unidades didácticas y cambiar los sistemas eléctricos e informáticos, por poner unos ejemplos. Y aunque queda algunas cosas pendientes, puede ya visitarse», explicó agradeciendo la celeridad con la que actuó el Ayuntamiento valdesano.

El museo no solo abrió sus puertas rehabilitado. También lo hizo con más ejemplares en su interior. El público, como no podía ser de otra manera, respondió y acudió fiel a la cita.