Tapia de Casariego,

T. CASCUDO

La Consejería de Educación ha cumplido con su promesa de enviar al colegio público Príncipe de Asturias de Tapia al equipo técnico que hará el informe de la situación del equipamiento. En su primera visita han detectado problemas que deben resolverse «con carácter urgente», como el sistema de fontanería, calefacción y electricidad, así como el estado de las ventanas del edificio.

En el encuentro -celebrado el martes- estuvieron presentes dos inspectores de Educación, el aparejador municipal, Segundo Barrera, la directora del centro, Cruz Méndez y el vicepresidente de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA), Manel Amor. Los responsables del centro expusieron un listado con las deficiencias que después los técnicos revisaron in situ.

En la reunión a cuatro bandas también se puso sobre la mesa la posibilidad de construir un centro nuevo, dado el sinfín de deficiencias de las instalaciones. Esta será una de las decisiones que deberán tomarse una vez se ultime el informe y se analice la cuantía económica que requiere el centro. No obstante, la buena salud estructural del edificio hace pensar que finalmente se opte por realizar reformas puntuales, en lugar de la opción más costosa de construir un nuevo centro.

Los técnicos prometieron tener listo el informe «a la mayor brevedad posible», según la versión que ofrecen las familias. No obstante, hay que tener en cuenta que el previsto cambio de gobierno del Principado podría paralizar, o retrasar, cualquier actuación.

La presidenta de la asociación, Begoña González, está satisfecha porque por fin se está trabajando con urgencia para resolver la mala situación del centro educativo. «Hay determinadas cosas que hay que atajar y lo que se está intentando es que ese atajo esté enfocado a la otra obra más ambiciosa. Es decir, la Consejería quiere que no se haga un gasto que luego no sirva, pretenden rentabilizar al máximo el dinero», precisa González.

Los padres están contentos de que las protestas hayan dado sus frutos, aunque no comprenden la razón por la que «si era tan fácil visitar el centro y determinar las actuaciones, no se hizo antes». En cambio, hizo falta que pusieran en marcha una campaña de presión que comenzó pegando carteles en los que se denunciaban las carencias del centro y terminó con la convocatoria de tres paros. Sólo dos se llevaron a cabo con gran respuesta de las familias y la comunidad educativa.

Hay que recordar que esta maquinaria de protesta, bajo el lema «Por un colegio digno», se puso en marcha ante el silencio de la administración. No en vano, la Consejería no respondió a sus peticiones solicitando una reunión para abordar el estado del colegio. La llamada para concertar el encuentro llegó a muy pocos días de los comicios y dos jornadas antes del tercer paro convocado.

Sea como sea, el caso es que las familias han cumplido el primer objetivo y es que se analice a fondo la situación del centro. El listado de necesidades también incluye actuaciones como el cierre del recinto escolar, la reforma de las pistas polideportivas o la contratación de un bedel del que el colegio carece.

Los padres tampoco se olvidan del papel que juega el Ayuntamiento en esta situación. Por eso, una vez se defina el nuevo equipo de gobierno -el PP es la lista más votada, pero podría haber pactos que posibiliten un cambio en el color político del equipo municipal- retomarán las conversaciones con el Ayuntamiento. Y es que, las familias consideran que muchos de los problemas del colegio responden a la falta del mantenimiento oportuno de las instalaciones, obligación que compete al gobierno local.