Escritora y portavoz del nuevo colectivo Sete

Vegadeo,

T. CASCUDO

El recién creado colectivo Sete pretende aunar esfuerzos en defensa de la cultura de la comarca Oscos-Eo. Dos hechos propiciaron su constitución, en concreto dos cierres: el de la oficina de promoción cultural y política lingüística de la comarca, afincada en Vegadeo, y el de la biblioteca de San Martín de Oscos. La iniciativa se fija como reto lograr su reapertura, pero nace con vocación de futuro. La docente y escritora Belén Rico es su portavoz.

-¿Quién forma el colectivo?

-Un grupo de gente y entidades de los siete concejos de la comarca Oscos-Eo. Nos reunimos para analizar la situación y vemos que ahora que falta el dinero de lo que primero se recorta es la cultura.

-¿Por qué era importante la labor de la oficina de promoción cultural?

-Hacía de hilo conductor de la cultura de la zona, organizando actividades, prestando apoyo y sobre todo dinamizando la cultura. Se notaba y mucho. Sirvió para darnos cuenta de que hay mucha gente interesada en nuestro patrimonio y gracias a ella supimos unos de otros. Logró que por primera vez la comarca trabajara de forma unida y estaba generando un movimiento cultural importante.

-Entoces, ¿se logró más cohesión comarcal?

-Mucha más. Era la primera vez que pasaba eso. Faltaba alguien que coordinase y ése era el papel de la oficina. Además, cabe resaltar la importancia de contar con apoyo por parte de la administración. Tener una sucursal aquí supone estar más cerca de la Dirección General de Política Lingüística. Por encima de todo, la oficina supuso un avance en la normalización social del eo-naviego. El colectivo observa cómo otras iniciativas similares como la del Navia funciona y cómo las entidades locales apuestan por ella.

-¿Culpan a los ayuntamientos del cierre?

-No sólo a los concejos, sino a las entidades comarcales por no ponerse de acuerdo para que la oficina siga. Si se supone que la situación de cierre es temporal los ayuntamientos, en lugar de provocar un lapsus de tiempo sin ella, deberían hacer un esfuerzo y mantenerla viva hasta que haya la ayuda económica necesaria.

-¿Qué le pediría a los políticos?

-Tanto la oficina como la biblioteca son entidades culturales que poco dinero necesitan para mantenerse. Que piensen en lo que decía ese gran político y estadista que era Jovellanos: «Hay gente que es extranjera en su propio país porque nunca se preocupó de conocerlo. Si no conocemos la cultura de nuestra tierra, ¿cómo vamos a quererla?»

-La primera acción del colectivo ha sido emitir un manifiesto. ¿Planes de futuro?

-Los hay, y también de que el colectivo crezca y se unan más personas. Vamos a trabajar por la cultura de la zona y por defender nuestra herencia cultural. Somos un colectivo cívico, totalmente en contra de que la cultura se quede en las manos cortoplacistas de los políticos. La cultura debe estar por arriba de todo eso. De momento, establecemos una lucha cívica, pero a la vez firme, para que se reabra la oficina.

-¿Cómo ve la situación del gallego-asturiano?

-A nivel personal la veo cruda. Creo que los que escribimos debemos escribir más y animar a más gente a que lo haga también. La producción literaria actual es muy buena y de extraordinaria calidad y sirve para demostrar que en esta lengua se pueden escribir cosas de valor.