Cangas del Narcea,

Pepe RODRÍGUEZ

El coto de caza regional número 128, que comprende terrenos de todo el suroccidente asturiano, alcanzó la pasada campaña una cifra récord de jabalíes cazados, con un total de 395 piezas. Concretamente, se mataron 211 machos y 166 hembras de jabalí, así como otros 33 ejemplares cobrados en las distintas cacerías por daños autorizadas por el Principado.

La gran anécdota de la temporada fue un jabalí cazado en Degaña que alcanzó nada menos que 150 kilos de peso, una medida excepcional en Asturias, lo que hizo de este lance uno de los temas de conversación favoritos de todos los cazadores del Suroccidente. También se cobraron otros machos de gran tamaño, de entre 110 y 122 kilos, a mucha distancia del ejemplar degañés. La sociedad de cazadores «El Narcea» se ha congratulado por estos resultados, que demuestran que la afición por la caza en la zona está en un estado más que saludable.

Esta cifra se explica, según el presidente de la sociedad, Gonzalo Aumente, porque «ha sido este un año totalmente atípico por las condiciones meteorológicas. La nieve no hizo acto de presencia en toda la campaña y el agua apenas nos molestó. Todo esto contribuyó a que en esta temporada se batiera el récord de jabalíes», argumenta.

Los buenos datos de la caza del jabalí no se repitieron en el corzo, otra de las especies cinegéticas más importantes y queridas por los aficionados de la comarca. La población de este cérvido está bajando de forma alarmante en todos los cotos regionales y el Suroccidente no ha sido una excepción.

El balance de machos abatidos es de 14 piezas en cacerías de batida y 51 en rececho; en este último caso los trofeos variaron por zonas, pero con una media bastante aceptable, según los propios cazadores.

Aumente está seriamente preocupado por la situación del corzo en el coto regional. «Por parte de la Consejería deberían tener datos más que suficientes para poder dar una explicación a tal situación». Los cazadores denuncian que los corzos aparecen muertos sin una explicación aparente, con larvas en forma de cocos que se les alojan en las fosas nasales y en la garganta, pero creen que las causas de tanta muerte en estos animales son más numerosas. Aumente subraya: «es cierto que los lobos están causando verdaderos estragos, pero ¿y los herbicidas?... a todo esto tenemos que añadir esos perros, que unos son asilvestrados pero la mayoría son perros de los pueblos que campan a sus anchas. Y si a todo esto aún sumamos los que mueren en las carreteras, pues todo es restar».

No obstante, la guardería de Medio Ambiente ha hecho saber a los cazadores que parece que en algunas zonas empiezan a verse corzos con más frecuencia, «pero en algunas otras aún les cuesta recuperarse, queda mucho por arreglar», como deja claro el presidente de los cazadores del Suroccidente.