Vegadeo,

T. CASCUDO

El tanatorio Monjardín es la última instalación en abrir sus puertas en el próspero polígono industrial veigueño. Una infraestructura empresarial que -a falta de concretar el proyecto de ampliación- puede presumir de colgar el cartel de completo. Se puede afirmar que, pese a la crisis, a Vegadeo no le faltan emprendedores.

Los últimos en establecerse en el polígono de Monjardín han sido Antonio Fernández y su hija Cristina. Desde 1997 regentan la Funeraria Fernández de Taramundi y se han decidido a dar un paso más y abrir el primer tanatorio de la comarca Oscos-Eo. Esta apertura -que se suma a las obras de construcción de un velatorio en Santa Eulalia de Oscos y al que ya opera en Vegadeo- completa los equipamientos fúnebres de la comarca más occidental de Asturias.

El tanatorio dispone de tres salas, crematorio y cafetería. Este último servicio -que aún demorará algún tiempo su apertura- ha sido muy bien acogido por los empresarios del polígono veigueño que hasta ahora carecía de equipamientos de hostelería. En total el edificio cuenta con una planta de 600 metros cuadrados que ha supuesto una inversión millonaria para la familia Fernández.

Hasta ahora atendían a una media de entre treinta y cincuenta fallecimientos por año y esperan que esa cifra se pueda doblar con las modernas instalaciones. Este sábado se celebrará el acto inaugural y la semana que viene el equipamiento abrirá sus puertas al público.

Dice Cristina Fernández que aunque la crisis se nota en todos los sectores, el de los servicios fúnebres se mantiene más o menos estable. «No obstante la gente recorta en lo que puede», precisa. Actualmente el desembolso medio de una familia por el fallecimiento de un familiar puede rondar los 1.800 euros.

Los empresarios recibieron ayer la visita de la Alcaldesa de Vegadeo, Begoña Calleja, quien se manifestó «muy contenta» con el nuevo equipamiento que suma el concejo. «Es una alegría que haya emprendedores jóvenes y más en los tiempos que corren», precisó. La regidora muestra su satisfacción por la ocupación de las diez parcelas del polígono lo que, defiende, hace más necesario el proyecto de ampliación que trata de sacar adelante.

La ampliación pasa por urbanizar una superficie de 1.700 metros cuadrados que se dividiría en cuatro parcelas de poco más de 400 metros cuadrados. Se trata de habilitar parcelas de menor dimensión para empresarios que tengan menos necesidad de suelo.