Martul (Villanueva de Oscos),

T. CASCUDO

«Desde que nací está igual de viejo», dice José María Castelao del tejo -«teixo», como se dice en la zona- de Martul, en el corazón de Villanueva de Oscos. La Consejería de Cultura y Deporte del Principado lo acaba de proteger junto a otros once distribuidos por toda Asturias con la categoría de sitio histórico. No obstante, como dicen los vecinos, el árbol «se cuida solo».

El tejo de Martul se levanta al pie de la iglesia de San Juan el Degollado, a la que envuelve como si diera un gran abrazo. De entre las casas sale una breve senda, protegida por los conocidos chantos (piedras colocadas en posición vertical a modo de cierre), que conduce al tejo. El árbol tiene 3,5 metros de perímetro, unos doce metros de alto y el vecindario calcula que rondará los 300 años de antigüedad. Cuenta Castelao, cabreiro de 74 años, que hace décadas los vecinos tuvieron que talar una de las ramas para poder ampliar el templo.

Poco más se sabe de este ejemplar. Castelao relata que siempre se dijo que fue plantado a la vez que otros dos ejemplares de Teixeira y Vega del Carro, en el vecino concejo de Santa Eulalia. No obstante, el de Martul los superó en tamaño. «Aquí el suelo es mejor y creció mucho más», explica. Precisamente las condiciones favorables del suelo, en el que no se ha intervenido, han colaborado en su desarrollo.

En la pequeña localidad de Martul, donde residen tres familias, el teixo es uno de sus recursos turísticos. «Viene mucha gente solo por verlo», explica Pedro Cotarelo. El día de más protagonismo del ejemplar es el 29 de agosto, cuando se celebra San Juan Degollado. «Ponemos la barra del bar justo debajo del teixo y no hace falta ni carpa ni nada», bromean los vecinos. Y es que este árbol, de gran arraigo en Asturias, ha sido protagonista de los mejores momentos del pueblo de Martul. «Mucho tenemos bailado aquí debajo», apunta Castelao.

Antaño la fiesta de San Juan Degollado era una romería multitudinaria, como Pastur (Illano) o Villaoril (Navia). Se reunían romeros de toda la contornada que acudían a ver al santo y pedir sus favores. Ahora la fiesta ha decaído, aunque los vecinos la siguen celebrando.

El tejo acusa el paso del tiempo y la prueba es que está hueco en su interior. De hecho, para proteger el hueco que tenía en su parte frontal, los vecinos han ideado un particular banco a base de dos pizarras. También controlan su inclinación y aseguran que poco a poco se va cayendo contra la capilla. Aunque están convencidos de que aguantará muchos años más.

Desde el Ayuntamiento, el regidor José Antonio González Braña se muestra satisfecho por el reconocimiento que les acaba de conceder Cultura. «Es algo que el Ayuntamiento ya pidió hace tiempo, pero está claro que el árbol ya está protegido desde hace mucho por los vecinos».

Integrates de la asociación «Amigos del Texu» visitaron el ejemplar el año pasado y aseguran que está bien, aunque no poseen demasiada información. «No hay muchos datos sobre el tejo, está bien, al menos nosotros lo vimos a finales del año pasado y espero que siga así muchos años», dice Ana López, quien resalta la belleza de este entorno de los Oscos. «Tiene un encanto especial y me alegra mucho que le hayan concedido esa figura de protección, espero que los vecinos lo valoren y lo cuiden. Está ubicado en un lugar hermoso».

El teixo de Martul merece una visita no solo por lo espectacular de su entorno, sino también por la amabilidad de sus vecinos y cuidadores.