Hablar de derecha hamletiana parece una contradicción in terminis. Sin embargo, al menos desde el 25 de marzo a esta parte, así parecen conducirse los partidos conservadores astures. Primero, se tardó en saber si pactarían. Ahora se desconoce casi todo sobre ese acuerdo, incluso la persona que al final será propuesta para presidir el Ejecutivo autonómico. De cuantas quinielas pueden hacerse, hay algo en lo que conviene casi todo el mundo: caso de que consiguiesen el voto de UPy D, o Cascos preside el Gobierno, o no formará parte de él. Tanto en mayo del pasado año, como en la convocatoria más reciente del 25 de marzo, el voto conservador astur fue en ambas ocasiones más favorable al actual Presidente en funciones. Pero en ninguna de ellas le resultó suficiente. Les queda pactar y convencer a Prendes, o, en caso contrario, retirarse a sus cuarteles de invierno. Y les queda algo aún más arduo: explicar sus idas y venidas del enfrentamiento al pacto. ¿Estará el señor Goñi leyendo a Shakespeare?