Oviedo, Luis Mario ARCE

La elevada mortalidad de cormoranes moñudos al quedar enmallados mientras bucean para pescar está amenazando la supervivencia de esta ave marina protegida en Asturias. El problema no es nuevo y, de hecho, ha sido puesto en evidencia en repetidas ocasiones, pero no se han tomado medidas para resolverlo y se está agravando, hasta el punto de que ha comenzado a repercutir en la evolución de su población.

El biólogo David Álvarez, experto en la especie y responsable desde hace 15 años de un programa de anillamiento en las colonias del Occidente, asegura que «en la zona de Pantorgas (Tapia) ya tenemos noticias de más de 20 ejemplares anillados muertos en redes, por lo que la mortalidad real será muy superior. Las colonias del Occidente están bajando en picado: en Pantorgas (la más importante) se ha pasado de 35 nidos hace cinco años a los 22 de este año, y en el resto la tendencia es muy similar», afirma. Este problema se constató previamente en Galicia, que posee la mayor población de las costas atlánticas ibéricas, actualmente en fuerte declive.

El problema radica en la disposición de aparejos de pesca muy cerca de la costa y en torno a las colonias, «a veces a menos de 10 metros de las rocas», señala Álvarez. Esta práctica choca con los objetivos del plan de manejo del cormorán moñudo aprobado por el Principado en 2001, que hace referencia expresa al establecimiento de «medidas que permitan una eficaz protección directa de la especie eliminando o reduciendo los factores de riesgo que puedan amenazar la supervivencia de las colonias», así como de «zonas de protección y de uso restringido en determinadas colonias de cría en base a su importancia y vulnerabilidad, independientemente de que se encuentren dentro de espacios protegidos». El plan también recomienda la evaluación periódica de la mortalidad de ejemplares y del fracaso reproductor y de sus causas. Sin embargo, han transcurrido 11 años desde la entrada en vigor del documento y los problemas del cormorán moñudo persisten. Más aún, han empeorado, con el incremento de las embarcaciones que utilizan artes de trasmallo y con la entrada en escena de un depredador exótico, el visón americano, que causa estragos en las colonias, como se constató en 2009 en la de Castríos, en Tapia.

La población asturiana de cormorán moñudo se sitúa entre 235 y 242 parejas, repartidas en 38 colonias, según el censo realizado en 2006-2007. Esta población se reconstruyó a partir de apenas medio centenar de parejas entre 1980 y 2004; a partir de ese año dejó de crecer y ha entrado en decadencia.