Luarca (Valdés), A. M. SERRANO

Gil Parrondo aprendió a caminar hace 89 años por la calle de Luarca que desde ayer lleva su nombre. El director artístico luarqués, hijo predilecto del concejo valdesano, ganador de dos «Oscar» y cuatro «Goya», destapó ayer la placa que recuerda su vida, trayectoria y persona y que da nombre a partir de ahora a la travesía que él veía por una de las ventanas de su casa de niño.

El Ayuntamiento de Valdés quiso rendir homenaje a una de las figuras más destacadas que ha dado el concejo. Gil Parrondo, que vivió su niñez entre Luarca y San Feliz, no tenía referencia en el callejero luarqués «pese a su dilatada trayectoria profesional», destacó el concejal de Cultura, Juan Quisasola. Con la travesía (desde el Colegio Padre Galo a la Casa de Guatemala), Luarca y el concejo premian su trabajo y su experiencia en el séptimo arte, pero también su humildad y su cercanía.

Él no esperaba este reconocimiento: «No me lo podía creer y tengo que decir que nunca lo llegué a imaginar». Ayer aguantó las lágrimas de emoción ante su prima Lo Rico, sus hijos Inmaculada y Alberto Parrondo, su nuera Isabel Ayudarte y políticos y vecinos de Valdés que asistieron a un acto de sonrisas en el que lució el sol. «Pero lloraré recordando este momento cuando ya esté en casa tranquilo», aseveró.

En el acto institucional celebrado en el salón de plenos del Ayuntamiento de Valdés (el mismo escenario en el que los partidos políticos acordaron honrarle con un calle) Gil Parrondo se declaró, a sus 91 años, «contento, satisfecho y orgulloso». También «tranquilo» después de una fructífera carrera, con una esposa «que ha sido mi gran compañera» y con sus seis hijos y sus nietos. «He sido una persona con suerte y me considero un hombre afortunado», apuntó el cineasta.

La «hermosísima Luarca» le rindió un homenaje que permanecerá en el tiempo gracias al callejero. Todos los grupos políticos con representación quisieron agradecer su presencia y destacar lo importante que es para el concejo hacer visible el trabajo del director artístico. Fue el alcalde, José Modesto Vallejo, el que destacó el ejemplo de Gil Parrondo «en una época de preocupación, incertidumbre y miedo». Gil Parrondo, con nueve décadas de vivencias, asegura no tener secreto para llegar al éxito, pero confiesa que en su vida «no hice otras cosa que trabajar». Ayer llegó a Luarca en coche, acompañado por su hija Inmaculada. Y tras inaugurar la placa y comer en un conocido restaurante de la villa, tenía intención de visitar Trevías «para recordar el paisaje» de su niñez. Hoy vuelve otra vez a su casa de Madrid, igual «pero distinto». Él, un hombre más bien introvertido y discreto, que dice haber tenido suerte en la vida, lo hará «más alegre» y con una réplica de la placa de la que ya es su calle en la capital valdesana. No le gusta ser el protagonista, pero quedó ayer inmortalizado en decenas de cámaras de particulares, de sus vecinos de Luarca. Su vida y nombre completo («Gil Parrondo Rico») ya es parte de la historia del callejero luarqués.