Salas,

Pepe RODRÍGUEZ

Un ganadero de 56 años de edad, cuyo nombre se corresponde con las iniciales M. A. G. B., ha sido condenado a seis meses de prisión y al pago de una multa de 1.080 euros por provocar un incendio en Salas que afectó a una superficie de 116 hectáreas. El incendio provocó unos gastos de extinción de más de 85.000 euros, a los que también tendrá que hacer frente el acusado.

La condena, que responde a la petición formulada por la Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo del Principado de Asturias, fue dictada por el Juzgado de lo Penal número uno de Oviedo y ratificada por la Sección Tercera de la Audiencia Provincial. La sentencia, que es firme, considera la acción del ganadero, el día de los hechos, como una «imprudencia grave».

El ganadero tendrá que indemnizar a la propietaria de 80 eucaliptos de 12 años de edad que resultaron afectados por el incendio y cuyo valor se acreditará en el momento de la ejecución de la sentencia.

Los hechos que ahora se han sustanciado judicialmente ocurrieron el 15 de noviembre del año 2006. Sobre las once y media de la mañana, el acusado procedió a quemar vegetación en una finca de su propiedad en Las Cárcobas (Salas) para obtener, así, pasto para el ganado. Esta acción fue llevada a cabo sin tener autorización del Servicio de Montes y Producción Forestal, de la Consejería de Medio Rural y Pesca. Según la sentencia, el hombre inició el fuego en una zona próxima a una torre eléctrica y se despreocupó, alejándose del lugar sin adoptar ninguna medida que evitara la propagación de las llamas.

Debido a la acción del viento, el fuego se desplazó al monte próximo, llamado Sierra de Sandamías, produciendo un incendio forestal que quemó 116 hectáreas. Las llamas afectaron, además, a 80 eucaliptos de unos 12 años, propiedad de una particular, y a una parcela cuyo propietario no reclamó ningún tipo de reparación. La vegetación afectada estaba constituida por 10 hectáreas de plantaciones de eucalipto, 20 hectáreas de pino marítimo, y arbolado de castaño, abedul y roble carbayo. La mayor superficie quemada correspondió a matorral formado por tojo con helechos, zarzas y distintos brezos.

Bomberos de Asturias acudió al lugar y dio por extinguido el incendio tres días después, a la una y veinte de la tarde, con un gasto total de 46.383,66 euros. Para el operativo se llevaron a cabo dos salidas de helicópteros durante ocho horas. Colaboraron también dos aeronaves de la Dirección para la Biodiversidad, del Ministerio de Medio Ambiente, con un coste de 38.653,51 euros. Por lo tanto, los gastos globales de extinción ascendieron a 85.037.17 euros.

Según la sentencia, una vez iniciado el fuego, el acusado se marchó de la zona «sin importarle lo más mínimo» el alcance del mismo. No contaba con ninguna autorización para hacerlo y no tomó ninguna precaución que evitara que las llamas se propagasen, lo que «evidencia una grave falta del deber de cuidado».