Luarca (Valdés),

A. M. SERRANO

El Instituto de Enseñanza Secundaria «Carmen y Severo Ochoa» de Luarca quiere celebrar con música y con tantos ex alumnos como sea capaz de reunir el acto de cierre de su 50 cumpleaños. El centro ha organizado varios encuentros a lo largo de este año y la próxima cita lúdica se prepara para el sábado 20 de octubre. Ese día se pretende reunir a antiguos alumnos, principalmente, pero también a estudiantes actuales y, en general, a toda la comunidad educativa, desde personal de secretaría a los profesores.

Será un «día especial», según explica una de las organizadoras y profesora del Instituto, Carmen Pérez Feito, aunque viene a sumarse a los actos ya celebrados, entre los cuales destacan el encuentro de ex profesores organizado en junio y el homenaje a los ex directores que se celebró el pasado viernes.

Lo que se pretende es que el día 20 «estemos todos los que podamos, toda la comunidad educativa», explica Carmen Pérez. También se procurará que la jornada sea agradable y tenga un poco de todo. Por eso, desde ayer, y a falta de concretar un programa definitivo, se buscan grupos o músicos que quieran actuar. Los actos darán inicio por la mañana y se desarrollarán en el Instituto y sus alrededores.

El «Carmen y Severo Ochoa» de Luarca abrió sus puertas en 1962, de la mano del entonces alcalde de Luarca, Ramón Muñoz. Costó 23 millones de pesetas y entonces, como ahora, fue una referencia de la educación pública en la comarca. Antes de que existiese este centro, sólo accedían a las enseñanzas medias los alumnos cuyas familias podían costear sus estudios. Se estrenó como Instituto de Enseñanzas Medias con 315 alumnos y 34 profesores. Hoy tiene tiene unas 300 matrículas e imparte la Enseñanza Secundaria Obligatoria y tres modalidades de Bachiller.

El centro ha editado un libro con los 50 años de historia. Una historia en la que han participado los más de 2.000 profesores que desde octubre de 1962 han dado clase en el «Carmen y Severo Ochoa».

El centro ha sido noticia por estar apadrinado durante la última época de su vida en España por el premio Nobel de Medicina Severo Ochoa. El científico pasó muchas veces por este edificio, que llevaba su nombre y que quiso que también recordara a su mujer, Carmen. Con el paso de los años, ha mantenido su actividad pese a la pérdida de habitantes del concejo. El próximo día 20 medirá su fuerza para congregar a los antiguos alumnos que pasaron por el centro. Una jornada que quiere ser también un acto de defensa de la educación pública de calidad.