Cangas del Narcea,

Pepe RODRÍGUEZ

La bodega Dominio del Urogallo, cuyo director es Nicolás Marcos Vicente, ha abandonado la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Vino de Calidad de Cangas. Marcos Vicente justifica su decisión en el mal trato que dice haber recibido por parte de la actual junta directiva del órgano regulador.

«Desde que llegué aquí me di cuenta de que la IGP no tiene nada que ver con un órgano de control tal y como yo lo entiendo, y con el que estoy completamente de acuerdo en que exista, por supuesto», señala el bodeguero castellano, quien añade: «pero en lo que no estoy nada de acuerdo es en el trato que se me ha dado a mí desde que he llegado».

Los problemas de Marcos Vicente comenzaron con la anterior junta directiva de la IGP, «que me pusieron problemas con mi marca «Pésico», una marca registrada que se me sugirió que no utilizara. El año pasado tenía las uvas de las parcelas experimentales adjudicadas, compradas a un precio y adjudicadas a mí, y no me dejaron vendimiarlas. Pensaba que con la nueva directiva las cosas iban a cambiar, pero no: no hay objetividad, no se nos trata a todos igual».

Este viticultor y bodeguero se asentó en Cangas del Narcea hace cuatro años tras haber trabajado, junto a su familia, en los vinos de Denominación de Origen de Toro y Rueda. Tras conocer las viñas canguesas se empeñó, personalmente, en crear grandes vinos tintos y, en sus propias palabras, en la posibilidad de crear uno de los mejores vinos blancos de España, dada la materia prima de la zona y su climatología.

«Hasta que en la directiva no haya personas independientes, que no sean de bodegas, no estaré en la IGP porque me perjudica. Yo estoy vendiendo Cangas en siete países y creo que sumo más que resto. No estoy dispuesto a que se me esté injuriando, mis únicas preocupaciones aquí son mis vinos y no quiero ninguna otra», asevera Marcos Vicente.

La salida de la IGP de la bodega Dominio del Urogallo, según su director, no significa que su vino no sea totalmente asturiano, «una certificadora me certificará, como pasa en bodegas de Ribera del Duero, por ejemplo», y apunta hacia opciones que no tenía permitidas dentro del órgano regulador: «que en Cangas no se pueda hacer un rosado o un blanco dulce no tiene sentido».