Castropol,

T. CASCUDO

El Principado incluirá la construcción de la depuradora de Castropol, la obra que pondrá fin al vertido de aguas fecales sin sanear a la ría del Eo, en el anteproyecto de presupuestos para 2013. Al menos ese es el compromiso de la consejera de Fomento, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Belén Fernández. Es el último movimiento de la Administración regional después de que la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) iniciase una investigación por un presunto delito medioambiental al constatar las fugas que presenta el emisario submarino que envía los residuos al mar.

Belén Fernández compareció el martes en la Junta General del Principado y allí aseguró que su departamento está estudiando una solución «transitoria y urgente» para los residuos. Esta solución podría mejorar el sistema de saneamiento, si bien no es más que un remedio temporal a la espera de que se construya la depuradora, que tiene un presupuesto de 6, 2 millones de euros y que supondrá la solución definitiva a la contaminación del estuario. El proyecto está listo y sólo resta disponer de financiación para adjudicar la actuación.

Dentro de las soluciones temporales fijadas por la Administración se incluye la orden, emitida el pasado viernes, de que Vegadeo deje de bombear sus residuos a Castropol. La unificación de residuos en Castropol provocaba que los vertidos se concentrasen en la ensenada de La Linera, zona donde se localiza el cultivo de ostras. De este modo, las aguas residuales se diseminan por todo el estuario. La Consejera ha explicado que esta decisión se tomó «primando el principio de precaución»; no obstante, precisó que los datos recogidos en la ría del Eo «no hacen temer por la producción de moluscos».

La obligación impuesta a Vegadeo no gusta a sus responsables políticos, ya que, si dejan de bombear sus aguas residuales a Castropol, se ven obligados a vertir directamente a los ríos Suarón y Monjardín. Vegadeo alerta de que esta situación puede tener consecuencias para la capital veigueña, ya que los residuos podrían aflorar por las alcantarillas.

Asturias se ha quedado atrás en el compromiso alcanzado en 2008 con el Gobierno gallego para sanear el Eo. Mientras que Ribadeo estrenó en 2011 su nueva depuradora, Asturias sigue sin depurar los residuos de las poblaciones ribereñas. De hecho, antes del vertido final -que se produce en la bocana de la ría-, las aguas fecales solo reciben como único tratamiento «el paso por un tamiz que elimina los tamaños mayores de algunos milímetros», según reconoce el Principado en la declaración de impacto ambiental de la depuradora.

Aunque inicialmente el emisario de la ría se concibió como una Y, actualmente tanto los vertidos que vienen de Figueras como los que proceden de Vegadeo se concentran en Castropol antes de ser bombeados al emisario submarino.