Castropol,

T. CASCUDO

El PP solicitará la comparencia en la Junta General de la consejera de Fomento, Belén Fernández, para que explique las razones por las que el Principado modificó el proyecto de obra en la rampa de varada del puerto de Castropol. Los populares han pedido además el expediente completo de la actuación, que está generando una enorme polémica entre los usuarios del puerto. No en vano, la decisión de asentar la rampa en una escollera impide el atraque al costado de la infraestructura, uno de los usos principales.

El diputado regional Alfonso Román López y el edil popular Álvaro Queipo mantuvieron ayer un encuentro con el presidente del Club de Vela de Castropol, Antonino Esteban Quintana, para conocer de primera mano esta actuación. El puerto de Castropol sólo cuenta con pantalanes en verano, por lo que esta rampa constituye el único punto de atraque seguro durante el invierno. El problema es que la actual escollera impide atracar al costado, lo que hace imposible el acceso desde el mar a la villa castropolense: «La obra deja a Castropol inaccesible por mar. Si se gasta dinero debe de ser para prestar un servicio a los usuarios, y esta obra al final no sirve», precisa Román López, quien también duda de las calidades finales de esta actuación, adjudicada por 94.989 euros.

En su visita a Castropol, el diputado popular también explicó que acaba de presentar tres preguntas ante la Junta General para conocer si el Gobierno regional tiene planes de mejora para tres vías muy utilizadas por los vecinos de Castropol y concejos vecinos: la AS-22 de Boal a Vegadeo, la AS-24 de Lagar a A Roda y la AS-31 que comunica Figueras y Barres.

La AS-22 y la AS-24 conforman una particular «Y» muy usada por los vecinos del interior de los concejos de Tapia, Castropol, Vegadeo y Boal. En el plan de carreteras 2007-2010 se ejecutó la obra entre Boal y Lagar y quedaron pendientes los ramales entre Lagar y A Roda (AS-24) y Lagar-Samagán (AS-22). El PP propone que las obras se incluyan en la nueva concertación regional. «Cualquier persona que llegue a Lagar se encuentra con un cuello de botella y pasa a una carretera de principios del siglo XIX, absolutamente impresentable. Si no se acomete la segunda fase queda invalidada la primera actuación».

El PP considera que se trata de «una obra muy importante» porque además «permite vertebrar y comunicar el Noroccidente con el Suroccidente».