Salas, Sara ARIAS

Para José Antonio Flórez Lozano, catedrático de Ciencias de la Conducta de la Facultad de Medicina de la Universidad de Oviedo, el secreto para envejecer de forma saludable es tener buen humor. Y tuvo que ponerlo en práctica durante la conferencia que pronunció ayer en Salas, cuando el ordenador no conectaba con el proyector que debía plasmar las imágenes que acompañaban a la charla. Flórez dio una clase de actitud positiva, se lo tomó con humor y continuó a viva voz y sin aderezos. Así se metió en el bolsillo al numeroso público que acudió a la Casa de Cultura salense, mayoritariamente mayores de sesenta años, para acudir al acto organizado por la Fundación Valdés-Salas.

La conferencia llevaba por título «Secretos para vivir más y mejor: Envejecimiento Saludable y Feliz». Según explicó el catedrático, además de la disposición genética para la longevidad, son fundamentales otras variables. Cuidar la salud, mantener una alimentación moderada y casera, ejercicio físico y control de los pensamientos y sentimientos. Esto último es el ingrediente casi principal para llegar a los cien años. Flórez indicó a los presentes que la felicidad no se compra, «está en uno mismo, persíguela o la perderás para siempre», y les instó a no perder nunca la perspectiva de utilidad: «el envejecimiento es un reto personal y de superación».

El catedrático de la Facultad de Medicina ofreció otros trucos para la felicidad como huir de las noticias negativas que asolan el mundo. Calificó la televisión de «dañina», ya no sólo por el aura negativa que transmite la actualidad, sino porque también genera un círculo de sedentarismo, obesidad, enfermedades como la diabetes de tipo II, ansiedad, estrés y migrañas. Aconsejó a los presentes «tirar la televisión por la ventana». La clave está en evitar las preocupaciones porque «te destrozan, segregas una hormona que produce inflamación». Así se explican enfermedades como la artrosis o la artritis.

Además de los secretos básicos para una vejez más feliz, Flórez explicó por qué cada vez aumenta más la esperanza de vida. Por ejemplo, el cincuenta por ciento de los niños que nacen ahora serán centenarios. Situó el avance de la medicina y la biotecnología como una de las luces para el hito de los cien años. Y con ello cuestionó qué se puede hacer para afrontar el desafío del ciclo vital y aportó sus técnicas, que siempre basa en el optimismo y la felicidad.

Ser feliz es sinónimo de estar sano. Y la gran asignatura pendiente en los años de vejez es aprender a vivir porque la vida, «nunca acaba y siempre podemos progresar», manifestó. Amarse a uno mismo es indispensable para mantener la dignidad, el honor y el respeto hacia uno mismo. Huir de preocupaciones y pensamientos negativos porque es posible ver la vida como un reto personal, en el que la vejez «no es el epílogo de la vida, sino el prólogo».