El Ayuntamiento de Castropol hizo un llamamiento a los vecinos el pasado mes de diciembre para que donaran todo tipo de artículos de primera necesidad (desde productos de alimentación a juguetes o ropa) con los que ayudar a las familias en apuros del concejo. Tal fue el aluvión de ayuda recibido que el consistorio ha creado con carácter permanente un ropero solidario en el que dar cabida a buen número de las donaciones recibidas y que día a día siguen llegando a las instalaciones municipales. El ropero se ha habilitado en las antiguas escuelas de Piñera y es posible encontrar desde ropa o zapatos hasta mantas, menaje o carritos de bebé.

«No hace falta tener una necesidad extrema para venir a buscar alguna prenda», explica Pura López, quien indica que se necesita un cambio de concepto y que hoy en día a consecuencia de la crisis son muchas las familias que viven al día. «Aquí hay ropa en muy buen estado y pueden solicitarla y gastar en otra cosa lo que se iban a gastar en ropa», precisan las responsables de este particular ropero, el segundo que opera en la comarca Oscos-Eo, tras el que gestiona Cáritas en Vegadeo.

Además, cualquier persona puede acercarse al ropero a solicitar ayuda, sea o no del concejo. «Tampoco tienen que acreditar su necesidad de ninguna manera, sólo ponerse en contacto con los Servicios Sociales municipales», precisan. Lo único que se registra es el sexo, la edad y las prendas que se recogen para disponer de una estadística sobre el perfil del demandante y los artículos más necesarios.

En horario de verano el ropero, que ya ocupa tres salas de las viejas escuelas de Piñera, se puede visitar los lunes de once a una y los martes de seis a ocho de la tarde. Además, dentro del horario de Telecentro (de once a tres) la responsable del mismo puede atender a los interesados. «Tratamos de dar todas las facilidades de acceso, además al estar en Piñera las personas tienen más intimidad a la hora de acercarse a por algún artículo», precisan las encargadas del ropero que han invertido muchas horas en seleccionar y clasificar las prendas. No en vano, uno de sus objetivos principales era que todos los artículos estuvieran en buen estado de conservación: «Toda la ropa clasificada está en perfecto estado porque la hemos revisado previamente».

Ahora los artículos están separados por tallas y edades, para que resulte más sencillo acceder a cada artículo y responder a las necesidades de los demandantes. Lo que más abunda es ropa de bebé y niños y también artículos de vestir para personas mayores. Como siguen recibiendo prendas, piden a los vecinos que dispongan de estanterías y percheros en desuso que los donen al ropero. Además, el Ayuntamiento castropolense está habilitando un local en Figueras para almacenar allí artículos voluminosos y en buen estado como colchones o muebles.

El objetivo último de estas iniciativas es fomentar la solidaridad vecinal para que, con la ayuda de todos, las familias noten la crisis lo menos posible.