Hace muchos años que en Cangas del Narcea se apostó por el turismo como una de las patas de la economía del concejo. Pero es difícil recordar un verano en el que la cantidad de visitantes y, sobre todo, su presencia sea tan visible como este 2013.

El motivo, por supuesto, es la apertura del parador nacional de Corias el pasado 15 de julio. Desde esa fecha, las 86 plazas del complejo hostelero han estado completas, con el añadido de una altísima rotación, pues pocos son los clientes que se quedan más de dos o tres días.

El turista de parador, además, tiene una inquietud clara por conocer la zona y sus peculiaridades. Se atestigua eso en el notable aumento de visitantes en el museo del vino de Cangas, que se eleva por encima del 20 % respecto al año anterior, y en la demanda de vino de calidad de Cangas en los bares de la villa. Las terrazas presentan un lleno casi total en las tardes en las que hace buen tiempo. En Besullo se ha llegado a un acuerdo municipal para que los vecinos enseñen los centros turísticos del pueblo los fines de semana.

Además, ha nacido una nueva empresa de visitas guiadas que tiene su epicentro de actividad en el propio monasterio benedictino de Corias, pero no en el parador, sino en la iglesia. Se trata de «Green Door Asturias» que, ante las perspectivas de aumento de la actividad turísitica, y a sabiendas del déficit de servicios a los visitantes, se creó en junio de este mismo año.

María José Álvarez, una de las socias, explica: «Se han desbordado las expectativas más optimistas, tanto las nuestras como las del parador. Hemos tenido más de 1.500 visitas, que era algo completamente impensable».

Álvarez ha constatado el interés por los turistas sobre la historia del monasterio, pero también sobre el castro de San Chuis, en Allande; Muniellos, el vino de Cangas o la propia villa, capital del concejo.

«Lo estamos notando todos, yo sé de restaurantes que están teniendo el mejor agosto de su historia, los comercios han notado un aumento de clientes... creo que es unánime el notar el aumento de turistas por el parador».

Esta explosión turística, no obstante, también tiene sus puntos negros. Los alojamientos rurales vivieron un paupérrimo mes de julio, con un 40% de ocupación media. Eso ha mejorado en agosto, con una ocupación del 75%, pero no sirve para salvar más que en parte lo que estaba siendo un verano muy complicado para el sector rural. Entre las demandas de estos establecimientos figura en un lugar preeminente el estado de las sendas y las rutas, que están sin limpiar y no permiten andar con comodidad por el monte que es, en esencia, a lo que acude a Cangas el turista de alojamiento rural.

El objetivo del concejo, ahora, es dotar de suficientos atractivos y servicios a la zona como para que los visitantes del parador repitan y se queden más días, de la misma forma que en potenciar el aspecto rural del turismo del concejo, pero lo que es seguro es que este año será recordado como el de la llegada del turismo al parador de Cangas.