La escritora valdesana y colaboradora de LA NUEVA ESPAÑA María Esther García presenta su último libro, "Alrededor de la quintana": libros y otros bichos", mañana en la Casa de Cultura de Luarca (20 horas). El trabajo versa sobre los animales que acompañan a los habitantes de los pueblos. Una vuelta a los orígenes, como dice esta literata valdesana miembro de la Academia de la Llingua. Vive desde hace 32 años en Castrillón, pero siempre que puede regresa a Belén de la Montaña, donde pasó su infancia.

-¿Con qué historias trata de sorprender al público?

-La obra reúne 17 artículos publicados en "La Nueva Quintana" de LA NUEVA ESPAÑA. En ellos recuerdo a 21 animales relacionados con la cacería. Yo me siento de la zona rural, soy de allí. Por eso cuando me pidieron que hablara de algo, enseguida pensé en estos animales que en los pueblos conviven con nosotros. Son nuestros compañeros. Además creo que es un tema que no se ha tratado desde el punto de vista etnográfico, como intento hacer. En cada artículo, vuelvo a la infancia y recuerdo las cosas que se hacían en la aldea, a los animales que trabajaban con nosotros y que contribuían al sostenimiento de la economía familiar.

-¿Queda mucho por escribir de Asturias?

-Sin duda. Queda mucho por estudiar, queda mucho por hacer y mucha tradición oral por recuperar.

-Habla de los animales y su importancia en los pueblos. El lobo también está presente en su libro. ¿Entonces se vivía con más naturalidad su presencia?

-Entonces teníamos miedo, como ahora, y los mayores avisaban cuando el lobo estaba por la zona. Yo recuerdo que salía por la noche con algo así como una antorcha para espantarlo.

-Ha escrito 34 obras. ¿Se puede vivir de la literatura?

-Es muy difícil vivir de esto. Hay que tener en cuenta que detrás de cada libro no sólo está el autor, también una editorial. Yo tengo otra profesión y en ese sentido, más libertad. Pero también puedo decir que tengo mis seguidores, sobre todo, de las obras en asturiano, y que estoy muy contenta con lo que he logrado hasta ahora.

-¿La llingua está donde tiene que estar?

-En los últimos treinta años se escribió mucho en asturiano y ahora las obras tienen su público. No todos los asturianos estudiaron su lengua, pero la persona que sabe castellano y quiera puede entender la llingua.

-¿Cómo ve en estos momentos de crisis la zona rural?

-El campo nunca estuvo tan bien como ahora, hay trabajo, pero también paz. Lo único que nos falta son niños, porque apenas hay.