El concejal de Obras y Servicios de Valdés, Balbino Suárez (URAS), lamenta el retraso en algunas obras e indica que las quejas de los particulares no deben dirigirse a los políticos, "sino a la arquitecta municipal". El edil apunta que la jefa de la Oficina Técnica, con quien ya tuvo sus diferencias en el pasado, "sume al concejo en una depresión". Según él, los vecinos con obras en marcha "cada vez son más críticos y tienen mucha razón, porque no avanzamos y desde esta concejalía no podemos hacer nada". Según Suárez, la misma persona le ha impedido hablar directamente con el resto de trabajadores de la Oficina Técnica. "Primero tengo que pedir permiso a la arquitecta, no sé en qué Ayuntamiento se vio eso", critica.

El concejal de Obras también se queja de la delegación de Comisiones Obreras en el Ayuntamiento de Valdés y vincula las quejas de la arquitecta con la actividad de la central sindical, que tiene mayoría en la mesa de negociación municipal. Según Suárez, "hay personas que deberían trabajar más en lo que les compete y dejar de hacer política". El concejal asegura estar "muy incómodo con esta situación" y precisa que "su único objetivo es no dejar que salgan adelante los proyectos que dependen directamente de esta concejalía".

Este diario se puso ayer en contacto ayer con el delegado de Comisiones Obreras en el Ayuntamiento de Valdés, Jaime García. El sindicalista no quiso valorar las críticas del edil. Sólo indicó que el concejal de Obras "tal vez está nervioso porque se le acaba el mandato político". Las próximas elecciones municipales se celebrarán en mayo.