El Ayuntamiento de Salas ha logrado la cesión del monasterio de San Salvador de Cornellana por un período de 50 años, según indicó ayer el alcalde, Sergio Hidalg (FAC). Con esta cesión, firmada por el Arzobispado de Oviedo, el gobierno municipal solicitó ayer el llamado "1% cultural", una línea de subvenciones abierta por el Ministerio de Fomento para la cual es imprescindible contar con la disponibilidad pública del edificio que opta a la ayuda por, al menos, ese período de tiempo.

La subvención, en caso de que se confirme, servirá para financiar parte de la rehabilitación del monasterio salense, una joya arquitectónica y cultural del siglo XI en visible estado de deterioro y para la cual una plataforma ciudadana reclama una obra urgente.

El Principado actuará en 2015 en las cubiertas, una de las partes del complejo más dañadas y que puede sufrir nuevos daños por riesgos de derrumbe. La obra posee un coste de 850.000 euros pero no es suficiente para atajar los problemas del monasterio.

Este año, la plataforma vecinal denunció dos derrumbes ocasionados por el mal estado del complejo. Se cayeron parte del techo de la sacristía y una zona de una de las alas del cenobio. El colectivo exige una reforma urgente y de gran calado para evitar más daños y que parte del patrimonio asturiano "se pierda por no actuar a tiempo", como denuncia el portavoz, David Valiela.

El monasterio San Salvador es uno de los principales atractivos turísticos del concejo salense. Estaba previsto rehabilitarlo en 2007 mediante una inversión millonaria que nunca se concretó. Las obras, financiadas por el Ayuntamiento y por los gobiernos central y autonómico, incluso llegaron a adjudicarse en una primera fase. La falta de recursos económicos dejó de lado una reforma integral del complejo, que volvió a solicitar en 2013 un colectivo de vecinos. Desde la constitución de esta plataforma, políticos de distintos signos han visitado el monasterio y exigido una obra. En la iglesia todavía se celebran las misas; el resto del complejo permanece sin actividad, casi abandonado y con serios riesgos de derrumbe.

Varios perros custodian el monasterio, para el que se proyectó en 2007 un gran centro documental para peregrinos.