El vidrio, al contenedor verde; los envases, al amarillo; el papel, al azul, y la materia orgánica, al cole. Desde esta semana la falta de espacio no es una excusa para no reciclar en Puerto de Vega, donde un total de nueve familias se han adherido a una experiencia piloto de compostaje colectivo. El nexo de unión es el colegio público Pedro Penzol, que utilizará el abono ecológico para el huerto que cultivan los alumnos.

El Consorcio para la Gestión de Residuos Sólidos de Asturias (Cogersa) ha iniciado dos proyectos pioneros para el compostaje en comunidad. Uno, en San Martín del Rey Aurelio, y el otro, en Navia, en el colegio de Puerto de Vega, un referente en materia de reciclaje. El objetivo es potenciar esta práctica en aquellas familias que no tienen espacio para mantener una compostadora propia. El Ayuntamiento naviego, así como la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) y el profesorado del centro colaboran en la iniciativa. El consistorio ha habilitado el espacio para instalar el contenedor, de un tamaño tres veces mayor que los domésticos. Además, asumirá con personal propio la correcta gestión del mismo durante el verano. Por su parte, las familias aportarán los materiales biodegradables producidos en el hogar, y se encargarán de las labores de volteado, mezcla, medición de humedad y mantenimiento del sistema. Ayer recibieron la primera charla formativa, en la que conocieron cómo funciona la compostadora.

"La materia orgánica no es basura. Se puede aprovechar, y es lo que vamos a hacer aquí", explica Begoña Honrado, educadora ambiental, quien apunta que se obtendrá en abono el equivalente a un tercio de la cantidad de residuos depositados.

"Lo ideal es que la compostadora esté casi siempre llena. El procedimiento es muy sencillo, y tan sólo se necesita una pequeña organización para llevarlo con un método", señala la educadora. Calcula que en un plazo aproximado de seis meses se podría estar extrayendo abono "de primera calidad".

La iniciativa de Cogersa va más allá, e incluye diversos talleres formativos sobre remedios ecológicos para las plantas, compostadoras recicladas y refugios para fauna beneficiosa. "El objetivo es mantenernos en contacto y seguir aprendiendo a reciclar en familia", subraya Honrado.

Noemí López tiene dos hijos y es una de las que se ha apuntado a compostar en comunidad. "Me parece una inicativa muy importante, me gustaría que mis hijos pudieran conocer el planeta como yo lo conocí". Aunque ya realiza el compostaje en casa, cree que esta nueva modalidad "puede ser una actividad muy divertida para todos, y también una forma de volver a unirse, de recuperar eso de ser vecinos, pasar un rato agradable y recoger un beneficio".