Ante la nueva situación a la que se enfrenta el sector lácteo desde la desaparición de las cuotas lácteas a principios de abril, la secretaria general de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) en Asturias, Mercedes Cruzado, realizó ayer en Tineo un llamamiento a la "sensatez" de las administraciones e industrias para "habilitar medidas que impidan el descarrilamiento de un sector que supone, junto con la carne, el principal nutriente económico del medio rural asturiano".
Lo hizo, precisamente, durante la entrega de diplomas del curso de incorporación a la empresa agraria que se impartió en Tineo a finales del año pasado, y en el que participaron 17 jóvenes ganaderos de los concejos de Valdés, Grandas de Salime, Villayón, Salas, Cangas del Narcea y Tineo.
Mercedes Cruzado destacó que se trata de "chicos valientes que se deciden a apostar por este sector, algo muy bueno, porque el envejecimiento en las explotaciones es bestial y necesitamos un relevo generacional". Por ello, reclama a la administración apoyo al sector para "que se cambien las normas que se tengan que cambiar para que puedan vivir del trabajo que van a realizar".
Y es que Cruzado denuncia que la situación del sector, tras la desaparición de las cuotas, ha empeorado notablemente, tanto es así que el sindicato agrario asegura que los ganaderos están firmando contratos en los que se está pagando por debajo del coste producción. "Estamos en un momento en el que los ganaderos ya no miran el precio, solo quieren que les recojan la leche, es algo ruinoso", asegura la secretaria general de COAG-Asturias.
En este sentido, como posibles soluciones, COAG demanda que se indemnice a los ganaderos por la cuota que tuvieron que comprar, antes de su desaparición, para que puedan recuperar parte del dinero invertido en ello. Además, exige que las multas que se impusieron a las industrias lácteas por estar usando "estrategias prohibidas" reviertan en el sector "porque, al final, es un dinero que se les robo a los ganaderos". A partir de ahí, Mercedes Cruzado cree que "hay que tomar medidas para dotar al sector de algún tipo de fuerza para que, a la hora de firmar contratos, éstos sirvan, por lo menos, para cubrir costes".
Los jóvenes que se incorporan, todos ellos menores de 30 años, conocen bien el sector y el reto al que se enfrentan. Es el caso de Amparo Feito, de Villayón, que decidió hacerse cargo de la ganadería de leche de sus padres. "Lo hago porque me gustan mucho los animales, porque si miramos la situación que tenemos es complicado empezar, hay mucha incertidumbre", asegura. El amor por los animales es también lo que ha llevado a incorporarse a la ganadería al valdesano Víctor Cano, tajante al asegurar que "por ver futuro en ello no lo hago". Tiene claro que si partiese de cero no se plantearía entrar en el sector. El tinetense Daniel Menéndez explica que el momento es complicado: "el precio de la leche está bajando, mientras que el de los piensos sigue subiendo".
